ESPERO que los rezos de Zapatero en Estados Unidos consigan más efecto que los millones de plegarias que se elevan desde España para que culmine cuanto antes ese viaje de vuelta sin posible retorno con destino a la realidad. Es una intuición, una oración desde un país poderoso siempre es más fácil que la atiendan. Los pobres no pueden gastar tiempo ni en recrearse en la mala suerte, menos en buscar pasajes en el Deuteronomio. Pero igual la solución es ponerle una vela a Dios y otra por si acaso al diablo.

Mi madre me ha preguntado si el Gobierno le quiere quitar la pensión y luego me ha hecho cómplice de su desconcierto porque con mi exposición de respuesta sólo la lleno de dudas. Se supone que un periodista debe manejar argumentos claros para explicar hechos importantes y éste era de primera magnitud. Una de sus amigas, también jubilada, me ha transcrito una carta del ministro de Trabajo en la que le comunicaba que su pensión aumentaba este año 14 euros al mes. Pero luego ha comprobado que en enero ganó menos que en diciembre.

A ver cómo le cuento que su ingreso neto actual es el resultado de la aplicación en la nómina de la subida salarial y a la vez del lógico descuento por la desaparición de la ayuda de 400 euros, que el propio presidente le asignó hace año y pico, porque entonces era necesario que gastara más dinero para contribuir a reactivar el consumo y facilitar la salida de la crisis, pero que si ahora la mantiene sólo contribuirá a incrementar el déficit público y a hundir el país.

Y qué decir del vaivén psicológico de miles de afectados, computando sus sueldos para ver si solicitan un crédito de urgencia para un nuevo plan de jubilación, tras conocer que la base de cotización podría ampliarse de los 15 años actuales a 25 años. Y con dos de carencia inversa, porque desconocen si podrán abandonar el trabajo a los 65 o a los 67 años. Zapatero acaba de completar con cum laude un máster en asustaviejos. Ha sacrificado en siete días hasta al doberman. ¿Qué tendrán que inventarse ahora los estrategas electorales del PSOE para que puedan atemorizar a los ciudadanos con los riesgos de que la derecha alcance el poder?. Aunque no subestimemos todavía la capacidad de sorprendernos del PP.