Vértigo a la globalización

Tras la Primera Guerra, un joven refugiado empobrecido cruzaba de Turquía a Grecia. Era Aristóteles Onassis

En el año 1922, y tras los acontecimientos y derrotas de la Primera Guerra Mundial, un joven y empobrecido refugiado cruzaba desde Turquía a Grecia en busca de nuevas oportunidades. Pocos años después este joven, Aristóteles Onassis, se convertiría en uno de los mayores empresarios del mundo. Su pasión por la globalización y su capacidad naviera para intercambiar bienes y servicios, le hicieron precursor de lo que hoy es el comercio mundial.

Sin embargo empiezan a alertarnos muchas de sus consecuencias. Cuestiones como el rechazo a la introducción del panga en nuestros menús, bajo la excusa de tener muy buen pescado en nuestro entorno, desvelan el problema real pero pueden confundir al consumidor. Es cierto que cualquier alimento u objeto, producido en una parte del mundo y transportado a otro lugar, genera un incremento de su huella de carbono y afecta a la contaminación total generada por él. De ahí que un pescado criado en Vietnam y consumido en España deba preocuparnos principalmente en este sentido. Pero respecto a la calidad alimentaria, ésta debe ser asegurada por los controles sanitarios, ya venga el producto desde China o desde la tienda de la esquina.

Aunque hoy España se ha convertido en la gran exportadora agrícola y ganadera internacional, gracias a la calidad de sus productos y al control de sus procesos, tiene importantes necesidades alimenticias que cubrir. El hecho de que nuestro país sea, junto con Japón, el mayor consumidor per cápita de pescado del mundo, nos debe hacer reflexionar sobre cuales serán las mejores fuentes de suministro futuras. Si tiene éxito la cría sostenible de tilapias para su producción en piscifactorías de nuestro entorno, probablemente nos encontremos con una de las mejores soluciones a este problema, y de ahí que sea tan importante las investigaciones en este campo. A pesar de que la propia globalización es un fenómeno que se lleva acrecentando desde el inicio de los tiempos, internet está siendo la pieza clave en su aceleración. Hoy, a través del comercio electrónico, compramos cosas sin saber en que lugar del mundo se producen y, a veces, llegan tan rápido que nos asustaríamos si conociésemos la infinidad de kilómetros que han recorrido. La logística que planificaron en el pasado reciente gente como Onassis, combinando cualesquiera de los medios de transporte existentes, vive ahora su auténtica revolución.

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