Viejos y nuevos experimentos

El único nuevo experimento español de sociabilidad lo lleva a cabo una muchedumbre juvenil los fines de semana

Un periodista del diario Le Monde visitó hace días a unas personas que habían ideado un nuevo sistema de convivencia, alentados por la situación creada por la pandemia. Durante la entrevista, éstas, al mostrar las ventajas, le informaron de que iniciativas similares, en estos momentos, eran compartidas por muchos otros franceses. Un fenómeno reciente que se esparcía por el país, aunque con discreción. El hecho despertó el interés del periodista y ha seguido las huellas de estos nuevos falansterios, observando y dialogando con los seguidores, dos siglos después, de las antiguas propuestas solidarias de Fourier, el célebre utopista. El artículo, publicado el 19 de septiembre, como una primicia, permite adivinar que este experimento, una vez divulgado, pasará a manos de antropólogos y sociólogos que lo convertirán en una prueba más de la excepción francesa, es decir, en componente de esa específica industria cultural, que de inmediato recibe el apoyo de tesis y libros. Y, pasado el tiempo, esta pandemia habrá sido milagrosa ocasión para facilitar un nuevo tipo de convivencia, social e incluso económica, en la Francia vaciada. Una Francia despoblada que, gracias a estas ilusiones espontáneas, llenas de entusiasmo, voluntad e ideas, dejará de estar vacía. Para ello, el periodista se cuida de conectar estos nuevos planes de sociabilidad con los viejos falansterios fourieristas del siglo XIX y con las comunas surgidas al calor del movimiento hippy en el XX. Analiza, pues, a través de las entrevistas, similitudes y diferencias entre unos modelos y otros, con el fin introducir el actual movimiento en una tradición culta ya existente. Puede finalmente que sólo se trate de meros experimentos, cargados de efímera ingenuidad, pero el periodista ha sabido construir, cara al imaginario colectivo francés, una contrapartida positiva de la pandemia. Parece gritar: ¡estamos creando una nueva sociabilidad, una nueva forma de relacionarse! Mientras tanto, en España, como contrapunto, las fuentes de opinión pública se dedican a destruir las escasas y débiles formas de convivencia aún existentes. Ya nadie recuerda, ni siquiera en la Baja Andalucía, las teorías utópicas de Fourier que hace dos siglos alcanzaron aquí una resonancia que las investigaciones de Temma Kaplan y Jordi Maluquer de Motes, hace 50 años, sacaron a relucir. Por ahora, el único nuevo experimento español de sociabilidad lo lleva a cabo una muchedumbre anónima y juvenil los fines de semana. ¡Ésta es la excepción española!

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