La película de dibus WallE de Walt Disney Pictures y Pixar Animation Studios nos presenta un robot enamorado. Un reciclador en un mundo donde una planta es un milagro. Llevamos camino de un planeta basurero. Nos vamos acostumbrando a la ruta de los contenedores de vidrio , plástico, papel, aceite y orgánica. Pero, ¿los televisores, frigoríficos, ordenadores y enchufables? ¿A dónde van? Deberían ir al punto limpio y con mucho cuidado. APIA (Asociación de Periodistas de Información Ambiental) en colaboración con RAEE Andalucía (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos de Andalucía) anduvieron de apostolado en la Universidad de Málaga y siendo optimistas lo que mostraron es un buen principio.

En la categoría RAEE entra todo el residuo que va a enchufe que si no se trata de la forma adecuada envenena la atmosfera que respiramos y la tierra que cultivamos. Aires acondicionados con gases chungos, pantallas con mercurio, ordenadores, lámparas y fluorescentes, grandes electrodomésticos: lavadoras , lavavajillas, equipos de música, frigoríficos, hornos microondas. Las tostadoras, guarritos, cámaras de vídeo, teléfonos y aspiradoras. La lista continua: consolas de videojuegos e impresoras , las primeras generaciones de placas fotovoltaicas que están al borde de la caducidad. Por cierto, también se pueden reciclar los CD's.

En estas jornadas con periodistas venidos allende Despeñaperros e incluso de Garrovillas de Alconétar con ilustres emigrantes, como los abuelos de Jordi Hurtado o Jordi Évole, tras las charlas de expertos comunicadores y avituallamiento en el Parque Natural de los Montes de Málaga, siguió una excursión a una empresa dedicada a la Gestión de Residuos de esos cachivaches que nos alegran la vida por gracia de Tesla. En EMMA, desde 2001, en el políngano, que a veces se inunda, del Guadalhorce. La cantidad de trastos, como se desmonta, separa y queda listo para reciclar. Economía circular, se extraen las materias primas reutilizables de los electrodomésticos usados, cobre, acero, plástico y todo lo demás. Un trabajo también manual que emplea a 50 personas. En Andalucía se trataron en puntos limpios 2,06 kilogramos por habitante en 2014. En 2017 pasamos a 5,12kg. Ahora la pregunta es saber de cuántos kilos de neochatarra electrodoméstica se ha deshecho usted en el último año y si los ha llevado a un punto limpio. No podemos dejar que WallE y EMMA y otras tantas RAEE se encarguen de todo y luego quejarnos del cambio climático.