Zipi y Zape en la Diputación

Juan Cassá y Juan Carlos Maldonado pretenden que Casado se olvide de Ayuso y les preste atención a ellos

Ya tenemos a Zipi y Zape en la Diputación. Nos podemos esperar cualquier diablura en la institución provincial. Demasiado seria y aburrida en muchas ocasiones, hay que decirlo. Hay que reconocer que la primera travesura de los dos diputados díscolos, que acaban de hermanarse en el grupo no adscrito de Por mi sueldo, no ha estado nada mal. Le han pedido a Pablo Casado que se olvide por un momento de sus cuitas con Isabel Díaz Ayuso y les reciba en Génova, sin honores de tránsfugas, para que discuta con ellos cómo se las gastan en asuntos de lealtades Elías Bendodo y Juanma Moreno. Igual se conforman con que les atienda Teodoro García Egea. Está en juego la estabilidad de Francisco Salado, un presidente de la Diputación al que manejan a su antojo sus jefes. Menos mal que los dos ínclitos conservan las esencias de la democracia. Cuando Ciudadanos perdió el rumbo, cayeron de sus caballos, uno más tarde que el otro, para descubrir que recorrerán juntos el destino para demostrar cómo se sirve al pueblo de Málaga desde sus cargos, en esencia, sin siglas que contaminen. El ejemplo de responsabilidad lo demostraron el viernes, cuando pese a las desavenencias con sus socios populares votaron a favor de los Presupuestos de la institución provincial para 2022. Tardan ya en instruir el expediente para proclamarlos hijos predilectos de esta provincia. Sólo Génova debe conocer el precio de tanto sacrificio.

Juan Cassá es de profesión fundador. Fundó una agencia de viajes, Dimehoteles, también Se Admiten Mascotas; ideó un recobrador de deuda on line y un comparador de seguros. En su momento debió de ser un pionero. Más tarde una red de publicidad digital y ya puestos una consultora de marketing en internet. Así lo refleja él mismo en su currículo, donde se define como un "especialista" en las anteriores materias. Ahora suma más con la política. Ha innovado ser portavoz del equipo de gobierno de la Diputación, sin pertenecer al Ejecutivo. Y ejercer de prueba como altavoz del partido Por Mi Pueblo. Y ha conseguido atraer a su causa al vicepresidente sin partido Juan Carlos Maldonado. Un buen cofundador. Con 5 de 25 concejales logró la Alcaldía de Mijas a expensas del PP. Después se la entregó por despecho al PSOE. Teniente de alcalde con los socialistas y vicepresidente de la Diputación con los populares. Arrepentido, conspiró luego en el Ayuntamiento para una moción de censura. Máster en pragmatismo. A Cassá le llamó tránsfuga, ahora es socio de humoradas. No veo a Salado de Don Pantuflo para mandarlos al cuarto de los ratones. Al revés, confía en que reflexionen. Así que atentos a la próxima viñeta en la Diputación por si mejoran el chiste.

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