Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Es un atropello

Y se verá si ERC y PNV se suman a la reforma del Poder Judicial o esto acaba como lo de los remanentes municipales

La mayoría absoluta que el PSOE y Unidas Podemos tienen en el Congreso junto a sus aliados minoritarios les valdría para conseguir una mayoría absolutísima en el órgano de gobierno de los jueces, no sólo podrían cambiar al presidente del Consejo, sino asegurarse 12 de sus 20 miembros. De ahí que la actual ley orgánica obligue a elegir a sus miembros por mayoría reforzada, de tres quintos: es un seguro democrático contra los rodillos de las mayorías absolutas. Y es esto lo que PSOE y Unidas Podemos quieren cambiar, es un atropello a los usos democráticos y la apertura de un posible conflicto en el Parlamento Europeo, donde las ayudas a la reconstrucción están paralizadas por el deterioro de la separación de poderes en Hungría y Polonia.

El Gobierno va a utilizar, además, un método de reforma de la ley muy poco transparente. Serán los grupos parlamentarios del PSOE y de Unidas Podemos quienes lleven la iniciativa legislativa, con lo que no será necesario escuchar los informes del Consejo General del Poder Judicial, del Consejo de Estado y del Consejo de Fiscales. Muy feo, tanto que ya se verá si se suman ERC y PNV o esto acaba como lo de los remanentes municipales.

Verán, hay un sector de jueces muy politizados; es más, diría que pocos gremios están tan politizados como esos magistrados que se pasan la vida haciendo méritos ante los partidos para llegar al Consejo del General del Poder Judicial y al Constitucional. No son los jueces, pero sí un grupo muy nutrido.

También es verdad que es el PP el quien bloquea la renovación de los miembros del Consejo, como del Constitucional, y que el presidente caducado del primero, Carlos Lesmes, forzó un conflicto inédito entre el Gobierno y la Casa Real, que él mismo se encargo de publicitar. El PP se aprovecha de una composición del Consejo que no es la que emana del este Congreso.

Pero siendo así las dos últimas aseveraciones -la sospechosa neutralidad de algunos jueces y la del bloqueo-, la democracia consiste en negociar, esperar y volver a negociar, no se pueden cambiar las reglas del juego a mitad del partido. El bloqueo también es un elemento común en las democracias sanas. Al Gobierno le hubiera bastado con limitar las funciones de los miembros del Consejo del Poder Judicial cuyos mandatos caduca, y es a lo que se dirigía hasta que Pablo Iglesias, bolivariano él, decidió que Montesquieu debe morir. Y esto es lo contrario a lo que solicita Europa: que los jueces sean elegidos por su pares.

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