EL presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, enfrió ayer las expectativas sobre la elección del candidato de esta formación política a la Junta de Andalucía que ha de sustituir a Juan Ignacio Zoido también como presidente regional. Rajoy llegó incluso a desmentir lo publicado en los últimos días, tanto en lo que se refiere a los plazos del proceso de designación como a la identidad del militante en cuestión. El presidente ha pedido, en este sentido, calma al actual presidente regional, y alcalde de Sevilla, que la semana pasada tuvo una intervención que fue tomada como auténtica despedida del cargo y anuncio de la inminente renovación. En el seno del PP andaluz ya se daba por seguro que una próxima junta directiva regional convocaría para el mes de diciembre el congreso extraordinario del PP andaluz, mecanismo obligado según los estatutos para la elección de un nuevo presidente y candidato a los comicios autonómicos. En cuanto a los nombres, después de haberse cribado una larga lista de supuestos o reales candidatos -algunos de los cuales se habían simplemente incluido a sí mismos en la nómina, sin contar con otros apoyos- quedaron en liza dos: el secretario general en ejercicio, José Luis Sanz, alcalde de Tomares (Sevilla), y el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, con más posibilidades para el primero, aunque despierta recelos en algunas organizaciones provinciales. En lo que sí hay coincidencia general en el PP andaluz es en la necesidad de que el nombramiento se produzca cuanto antes para no prolongar más la situación de orfandad que vive la organización, cuyo líder no desea serlo, en abierto contraste con la reciente consolidación de Susana Díaz en las filas del PSOE, que además se encuentra gobernando la comunidad autónoma, aumentando cada día sus posibilidades de encarar la carrera electoral con ventaja sobre el centroderecha. El caso es que en la dirección nacional de los populares no comparten este análisis o no tienen claro a quién encomendar el liderazgo regional y el desafío de ser el cabeza de lista que habrá de disputarle la hegemonía al Partido Socialista en su plaza más importante y recuperar el sueño de una mayoría absoluta que los electores le negaron a Javier Arenas en 2012, a pesar de haber derrotado por vez primera al PSOE. Rajoy, pues, ha frenado nuevamente el proceso. El candidato del PP de Andalucía deberá esperar. No será por mucho tiempo, porque la lógica de las cosas exige que el partido mayoritario en Andalucía -lo fue en las últimas generales, municipales y autonómicas celebradas- se ponga en condiciones de plantear una alternativa sólida y creíble a una fortaleza socialista que dura ya más de treinta años.

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