El jueves Málaga se levantó con la buena noticia de que la compañía Easyjet había decidido abrir una base en el aeropuerto de Málaga, la segunda tras la de Palma. Sin lugar a dudas, en un verano marcado por la pandemia se trataba de una magnífica noticia para los intereses de la Costa del Sol. Sin embargo, sólo unas horas después se conocía que Coca-Cola cerraba su embotelladora de Málaga tras más de sesenta años de historia. Solo unos días antes, De la Torre, en la Ser, había negado que Málaga sufriera una dependencia patológica del turismo como aseguraba el OMAU...

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