Mensaje en la botella

Juan Ruz

Las cartas boca arriba

YA hay nuevo barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), del que usted lector a buen seguro que ya tiene algunos datos sobre la mesa. Se trata del estudio de opinión que se realizó en marzo, concretamente entre los días 1 y 11 de ese mes. El paro, la corrupción y la clase política siguen siendo las principales cuestiones que más preocupan a los ciudadanos, aunque parece que mejora algo el optimismo respecto a la situación económica del país. Da igual, doctores y opinadores de sobra tienen los medios informativos para analizar eso, a buen seguro que con mucho mejor criterio que quien suscribe.

Si me lo permiten, me quedo con algunos detalles que sí me han llamado la atención y que deberían servir para que la egoísta casta política (lo diré siempre) y también los periodistas y los medios de comunicación reflexionen. Me explico. Dice el CIS que pese al protagonismo que ha cobrado en los últimos meses el reto soberanista en Cataluña, los ciudadanos parecen ajenos a este debate, ya que sólo un 0,6% lo cita entre los principales problemas de España. Algo muy similar a lo que ocurre con la ley del aborto, que pese a haber enfrentado a los responsables políticos y haber centrado multitud de debates parlamentarios, sólo preocupa a un 0,2% de los preguntados por el CIS.

O lo que es lo mismo, asuntos que han llenado horas de tertulias y páginas de periódicos en los últimos meses apenas tienen interés para la gente, lo que lleva a pensar si determinados debates, aun siendo importantes y necesarios, no están demasiado magnificados. Y es que hay veces que el ciudadano pone las cartas boca arriba, para sonrojo de muchos, aunque seguramente habrá quien ni tan siquiera se dé por aludido. Dicho queda.

De todas formas, y para no perder la costumbre, insistiré en que aumenta la preocupación social por el paro y crece dos puntos el porcentaje de personas que sigue viendo a los políticos y a los partidos como una parte del problema y no como la solución. En sus manos está la reparación no sólo de su mala imagen, sino del resto de preocupaciones que se cuelan en cada sondeo entre la decenas de inquietudes de vecinos y vecinas de cada barrio, como son la sanidad, la educación o la inmigración, que ya aparece en ese listado. A ver si se enteran o quieren enterarse, aunque nos lo ponen muy difícil.

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