Aquí se come bien

El problema de confeccionar documentos por consenso es que el resultado suele ser un Frankenstein

Ala vista de que el coronavirus genera dudas sobre si los Reyes Magos podrán venir desde Oriente este año, la Fundación CIEDES ha aprovechado que aún se puede hacer un poco de turismo para mandar a sus Majestades la tradicional carta navideña. Eso sí, esta vez, con formato de Plan de Reactivación y alguna que otra petición acorde con las circunstancias actuales.

Se me ocurre pensar que cualquier plan de reactivación frente a las consecuencias específicas de una crisis debe tener dos características: primero, analizar cuáles han sido las deficiencias concretas que la crisis ha puesto de manifiesto para poder actuar sobre ellas, y segundo, proponer acciones que se puedan desarrollar en un plazo más o menos corto para que realmente se reviertan los efectos negativos provocados por la crisis (por eso lo apellidan "de Reactivación"). Cosas que, visto el resumen del Plan, no parece que abunde en el documento. Estructurado en seis grupos temáticos, el primero contiene las acciones encaminadas a conseguir una ciudad más sana y segura. Medidas tan deseables como aplicables en cualquier parte del mundo: test masivos, cumplimiento de las normas de seguridad… Y la más interesante de todas, lograr el contagio cero. Es inconcebible que no se nos ocurriese antes. Las demás, pizca arriba, pizca abajo, juraría que ya se encuentran en todos los planes estratégicos diseñados por la ciudad sin que, a la vista de lo que ha llovido desde el primero, parezca probable que lleguen a tiempo de reactivar su economía a corto plazo. Por muy interesantes y necesarias que puedan ser. Sirvan de ejemplo el tren de la Costa o una nueva hiperronda.

El problema de confeccionar documentos por consenso sin una marcada directriz de qué se persigue es que el resultado es el mínimo común múltiplo de todos los intervinientes. Y dado que todos son "números primos", y por tanto indivisibles, el resultado suele ser un Frankenstein en el que todos se reconocen como padres de la criatura. Aunque sea difícil explicar la incidencia de impulsar el uso del vehículo eléctrico sobre los efectos de una pandemia vírica y la caída del sector turístico. Al mencionado Plan le ocurre como al luminoso de una cafetería de barrio que vi hace tiempo: "Especialidad en desayunos, comidas, meriendas y cenas". O lo que es lo mismo, aquí se come bien. Lo que siempre es de desear, aunque no te digan ni qué ni cómo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios