el prisma

sebastián Sánchez

La complacencia 'popular'

Frente al discurso reivindicativo del PP en las Islas Baleares, en Málaga el tono que se traslada desde la formación popular es de complacencia, de asumir que es lo que toca, de no levantar la voz

DESPRECIO" y "maltrato". Dos palabras utilizadas en la última semana hasta la saciedad por los representantes políticos para describir el efecto que deja tras de sí la estela de los Presupuestos Generales del Estado y las inversiones dibujadas para el próximo ejercicio. El empleo de estos términos es sensiblemente masivo entre los que integran las filas del PSOE e IU, y más bien escaso entre aquellos dirigentes con carné del partido en el Gobierno, en este caso el PP.

Sin embargo, en un escenario tan tendente al discurso plano y a los argumentarios adoctrinados, hay reacciones que resuenan por lo anormal de los mismos. Es el caso de la contestación que el PP de las Islas Baleares, que sustenta el Ejecutivo de la comunidad, ha realizado al conocer las cifras económicas planteadas por la Administración central para su territorio. Al tomar conciencia de los números, las posiciones partidistas pasaron a un segundo plano, al punto de que los representantes del PP en esta comunidad sentenciaron que las cuestas estatales suponían un "desprecio" para la región y un "maltrato".

La ambivalencia que genera el análisis de los presupuestos estatales es contundente. Pero lo ocurrido en las Islas Baleares no es una constante, más bien es una gota en el agua. Y muestra de ello es lo ocurrido estos días con los dirigentes populares de Málaga. Ni una reacción mínimamente crítica con un documento que rebaja en unos cien millones de euros la inversión planteada en la provincia, ni un solo calificativo que permita atisbar un cierto descontento con una realidad económica que sustancia la nada en cuanto a nuevos proyectos y que se limita a mantener la inercia de unas infraestructuras aún sin acabar pero en movimiento desde hace años.

Lejos del "desprecio" y el "maltrato" denunciado por los populares en Baleares, en el territorio malagueño se busca con desesperación dar explicaciones en un intento evidente por salvaguardar la imagen de sus 'superiores'. "No es tiempo de grandes inversiones sino de estudios", vino a decir el pasado martes el alcalde-senador, Francisco de la Torre, dirigente que históricamente se ha caracterizado por su discurso reivindicativo. Desde luego lo ha tenido con las administraciones socialistas, ya fuera en el Gobierno central o en la Junta de Andalucía, por mucho que trate ahora de mostrarse comprensivo con la ausencia de aportaciones económicas como consecuencia de la crisis.

El regidor del PP, ahora, disculpa que la inversión programada en la provincia sea la menor en los últimos quince años, o que los números previstos, 188 millones, la sitúen como la 23 a nivel nacional. Bien cierto es que buena parte de la revolución necesaria en este territorio se acometió en los años pretéritos, pero no lo es menos que siguen existiendo asignaturas pendientes a las que ni dio respuesta adecuada los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero ni las dan ahora los actores gestores nacionales, en las filas del PP.

Lo que trasciende del debate político en torno a los presupuestos alcanza el hartazgo por lo previsible de los argumentos. Cuando los representantes están instalados en la nevera de la oposición, no hay proposición del Gobierno que merezca una valoración ni un apunte positivo. Una realidad equiparable a lo que sucede cuando se está bajo el paraguas de quien se gobierna.

Desde esa privilegiada posición cuesta poco olvidar la naturaleza misma de la reivindicación y de la defensa del territorio para el que se trabaja, ganando terreno la pleitesía a las filas del partido y a los argumentarios que se remiten desde Madrid, que tratan de generar un discurso monocorde. Generalmente se consigue, aunque siempre queda congratularse de que haya dirigentes que rompan las férreas tesis orgánicas para autoimponerse la defensa de los intereses de sus ciudadanos. Es para eso para lo que fueron elegidos.

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