hoja de ruta

Ignacio Martínez

Sin complejos

EL congreso del PP no sólo ha sido una balsa de aceite, en duro contraste con el del PSOE de hace dos semanas. También es una manifestación de cómo el poder es un bálsamo que todo lo templa. Me enternece ver la foto de Esperanza Aguirre en la primera fila de los líderes regionales, con el riojano, gallego, canario, castellano leonés, catalana y valenciano, sonriendo de ficticia satisfacción y aplaudiendo con fuerza. La amplitud de las sonrisas ficticias es inversamente proporcional a su entusiasmo verdadero. Quienes perdieron el congreso de Valencia de hace cuatro años, después de un acoso y derribo a Rajoy de época, se han pasado con armas y bagaje a las filas del vencedor de las elecciones de noviembre. Lo que incluye a medios de comunicación, que aplauden ahora con el mismo frenesí con el que todos los lunes presentaban un desafecto a la causa de Rajoy, tras su derrota de 2008.

Ayer salieron a la calle varias decenas de miles de manifestantes contra la reforma laboral en toda España. Cientos de miles, quizá. Sin complejos, el presidente del Gobierno califica de justa la reforma laboral y sigue pidiendo sacrificios. Sin complejos, también, le ha dado todo el poder en el partido a la secretaria general que lo ha gestionado desde el mencionado congreso de Valencia, con tanto éxito. A un servidor le resulta extraño ver a una presidenta autonómica ejerciendo de máxima jefa de un partido nacional. Aunque en realidad el suyo no es todo el poder, sino un poder delegado por el propio Rajoy y tiene un contrapunto: la presencia de Javier Arenas como primer vicesecretario general. Frente al nombramiento de Griñán, de compromiso, como presidente del PSOE después de perder el congreso de su partido, la presencia del presidente del PP andaluz en la cúpula del suyo es la constatación de que es el único dirigente popular con un poder autónomo en España. Fue clave su papel para que a Rajoy no se lo llevaran por delante los duros de sus partido, alineados en esa época con Aznar. Y además, como en el caso de Griñán, se la juega el 25 de marzo.

Resulta curioso que la nueva dirección máxima del PP sea sureña. De la mitad de España para abajo. Hay una castellano manchega, un andaluz, un extremeño y un valenciano como guardia pretoriana del gallego Rajoy. Nadie del potente triángulo industrial Madrid-Cataluña-País Vasco. Rajoy ha hecho pocas concesiones territoriales o de género en su primer Gobierno y ha vuelto a hacer lo mismo en la primera dirección del PP que compone tras convertirse en un líder social. Se comporta sin complejos, incluso ahora que empieza a sonar el ruido de la calle.

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