URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

Cuando escribía esta columna en la tarde de ayer, el presidente de la Junta, Sr. Moreno, aún no se había dignado trasladar a los andaluces la fecha de las elecciones autonómicas. Su partido, el PP español, las entiende como otra etapa en su itinerario hacia la Moncloa, desde donde espera gobernar España subido a hombros de Vox. Que no son precisamente los hombros de gigantes a los que se refería Newton, sino más bien todo lo contrario. El irresistible ascenso de la extrema derecha es un asunto central de la política actual. Como dicen Ziblatt y Livetsky: "si la ciudadanía está dispuesta a responder a llamamientos autoritarios, antes o después la democracia estará en peligro". Hay clamorosos y trágicos ejemplos en la actualidad -y en la del pasado siglo- que validan la teoría de estos científicos sociales. Por ello, nuestra democracia tiene un problema con Vox. Según las encuestas, al 58% de la población le produce "miedo" o "preocupación" que pueda entrar en el gobierno. La derecha política, mediática e intelectual utiliza el comodín de las alianzas del PSOE en el gobierno para intentar neutralizar el peligroso efecto de Vox. Es muy probable que al otro 42% le produzca similar preocupación o miedo la presencia de UP o los apoyos parlamentarios de los independentistas. Sin embargo, estar en contra del sistema territorial o de la monarquía, por mucho que sean aspectos básicos de nuestro sistema constitucional -y por muy perturbador que sea- no pone necesariamente en peligro la democracia.

Hay grandes democracias republicanas y países con distintos sistemas territoriales perfectamente democráticos. La Constitución se puede cambiar siguiendo los procedimientos que ella misma establece, pero la democracia se puede destruir cuando se atacan algunos de los principios que la fundamentan. Para que sea plena, ha de necesariamente un sistema de naturaleza inclusiva: la Constitución es un marco legal que permite la convivencia de todos, pensemos lo que pensemos y sean cuales sean nuestros valores morales o creencias. El discurso excluyente de Vox representa todo lo contrario: el machismo, la xenofobia o la homofobia son expresiones opuestas a la Constitución. Bajo la apariencia de guerra cultural, pretende dinamitar los consensos que permitieron consolidar el principio constitucional de igualdad ampliando nuestros derechos y libertades. Este es el contexto en el que el señor Moreno convocará las elecciones.

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