El crimen de Los Naranjos

Catorce años después, el asesinato de Lucía Garrido continúa impune. Ahora se acusa de falso testimonio a dos peritos

Un juez ha decidido que se investigue por presunto falso testimonio a dos mandos de la Guardia Civil, un capitán y un comandante del Servicio de Criminalística. Ambos actuaron en calidad de peritos en un juicio por asesinato en 2019. No hallaron pruebas en la copia de una llave para poder vincular el ADN con el supuesto autor material de la muerte. Los cuatro acusados por el crimen, entre ellos dos agentes del Instituto Armado, quedaron absueltos. El magistrado cree ahora que los expertos generaron las suficientes dudas en el jurado popular para que emitiera un veredicto de no culpable.

Hace dos años, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía invalidó aquel juicio por irregularidades en las deliberaciones y ordenó su repetición. Todavía no hay fecha. Pero se supone que esta nueva línea de investigación, si se confirma, puede dar un vuelco al caso.

El asesinato es el de Lucía Garrido, una mujer de 35 años, golpeada, apuñalada y ahogada. Su cadáver apareció flotando en la piscina de la finca en la que vivía, Los Naranjos, en Alhaurín de la Torre. Era el 30 de abril de 2008. Allí trabajó con su marido Manuel Alonso hasta que se separó y se inició una disputa entre la ex pareja. El cortijo acogía animales exóticos intervenidos por el Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. Y también podía servir de guardería para almacenar droga. El teniente encargado de las pesquisas tras el homicidio no encontró nada y archivó el asunto.

Un año después de la muerte de Lucía, Alonso abatió a tiros a dos colombianos que allanaron su finca. Fue absuelto. El citado oficial de la Benemérita caía meses después, como jefe del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (Edoa), en un amplio operativo contra el narcotráfico. También Alonso fue arrestado en esa actuación y acabó en la cárcel. Fue el detonante que permitió reabrir el caso a instancias de Rosa, la hermana de Lucía, que murió hace dos años, y de Ignacio Carrasco, el portavoz del sindicato AUGC. En 2012 la investigación, visto lo visto, pasó a la Policía. Después de más archivos, corregidos por la Audiencia Provincial, en 2019 se celebró la vista oral. Alonso, dos guardias, como instigadores, y el acusado de materializar el crimen, un delincuente habitual, lograron zafarse de la Justicia. En una de las sesiones del juicio, un abogado alertó al jurado de que estaban ante una trama oscura, con maltrato, asesinatos, droga, animales exóticos con la implicación del Seprona, corrupción policial... "No es ficción, es realidad", sentenció. "Quería que la mujer muriera", aseguró el fiscal sobre el ex marido. Y llegó la televisión. Todavía sigue impune.

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