El zoco

juan lópez cohard

Un crudo invierno

No sabe el tiempo que hemos cambiado de año, ni sabe el coronavirus que ha cambiado de nacionalidad y que dejó de ser chino para tener pasaporte británico. Tampoco Pedro Sánchez sabe que en el pasado año los españoles las han pasado canutas y que más de 50.000 familias han perdido a un ser querido a pesar de su extraordinaria gestión. Dio cuenta de ello, en este año ya muerto y enterrado, y se autocalificó con un diez. En todas y cada una de las encomiendas que se impuso a sí mismo. La extraordinaria nota le ha sido concedida por un comité de expertos independientes. Independientes y libres para aceptarle al propio presidente el encargo de evaluar la gestión de su Gobierno. Como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. El autobombo ha hecho sonrojar a sus propios conmilitones. Y, todo ello, sin una mera y triste mención a los caídos por él, que se cree un dios, y el Covid-19.

Del año pasado hemos aprendido que el Covid-19, y sus variantes, que son él mismo que se releva a sí mismo, como las olas del mar, según decía mi querido maestro Manuel Alcántara, apareció como buen surfista sobre una ola, después surfeó sobre la segunda, en cuya cresta se mantiene todavía esperanzado en batir su récord de permanencia sobre la tercera que viene de camino. Menos mal, y esa es nuestra esperanza, que el Covid tampoco sabe que los científicos ya le han preparado un arma letal. ¿Será tan eficaz como para librarnos de él este 2021? ¿Chi lo sá? Il tempo lo dirá.

Pero, cierto es que algo le ha salido bien al Gobierno. Ha terminado el año con la buena noticia del acuerdo sobre Gibraltar. Por una vez, tanto por parte británica como por parte española, han sido tan pragmáticos como para anteponer los intereses de los ciudadanos del Campo de Gibraltar, y del Peñón, a otras consideraciones políticas, por muy justo y lógico que sea mantener las reivindicaciones sobre la soberanía. Pero es de celebrar que, por primera vez en 300 años, los británicos tengan que utilizar su pasaporte para entrar en Gibraltar y no así los españoles, ni los europeos comunitarios, siendo además que la frontera estará vigilada por la policía española. Enhorabuena a la ministra Laya.

Y otro de los aciertos de Sánchez es, sin duda, mandar al filósofo a Cataluña para encabezar la lista del PSC a la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas. España no se merece tener a un filósofo al frente de la lucha contra la pandemia y, sin embargo, la situación rocambolesca de Cataluña con su procés, que es algo así como una pandemia de majaradería, bien merece un filósofo pandemiólogo discípulo de Don Simón. Enhorabuena, presidente, de un tirón te has quitado de en medio a Salvador Illa, un ministro de Sanidad que debe saber mucho de Sócrates pero muy poco de su contemporáneo Hipócrates, (deducción hecha por cómo ha gestionado la pandemia), y a Miquel Iceta, un medio-químico, medio-economista, medio-político, medio-bailongo, medio de , que muy poco servía para tus ambiciones.

Estas dos últimas cosas las ha hecho bien el Gobierno, pero con lo que colea en todas las demás asignaturas, (léase: Economía, Asuntos Sociales, Política Territorial, Educación, Sanidad, etc.), nos queda que pasar, y no por culpa de las temperaturas, un crudo invierno.

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