La esquina

josé / aguilar

No se dan por enterados

EL Parlamento ha instado al ministro de Economía en funciones a que explique el nombramiento, con freno y marcha atrás, de su ex compañero José Manuel Soria como director ejecutivo del Banco Mundial, puesto en el que, por cierto, habría tenido como asesora a su propia sobrina (la de De Guindos).

La comparecencia del ministro macroeconómico, que el Gobierno ya ha dicho que no se va a producir, viene a consecuencia de la segunda derrota del Partido Popular en esta legislatura. La primera fue la de la investidura de Rajoy. En la votación sobre el caso Soria-De Guindos los populares fueron arrinconados por la voluntad conjunta de PSOE, Podemos y Ciudadanos. Por ellos se habrían ahorrado el incordio de tener que dar explicaciones en el Parlamento, sobre todo acerca de una asunto tan inexplicable...

Ahora bien, esto de que el partido mayoritario lo sea sólo relativamente, que los electores hayan jubilado -o suspendido, al menos- el régimen de mayorías absolutas, que el centro de gravedad de la vida política nacional se haya trasladado del Poder Ejecutivo al Poder Legislativo y que en el futuro inmediato podría repetirse bastante la vivificadora escena de los diputados obligando a los gobernantes a asumir leyes que no les gustan o ejecutar medidas en las que no creen, es lo más trascendental que ha ocurrido en la política española en los últimos tiempos.

La desgracia es que casi ninguno de los agentes directos de la vida política se ha dado por enterado del cambio, y eso que los ciudadanos han repetido el mismo mensaje en las dos ocasiones en que se les preguntó al respecto. Por eso estamos sin Gobierno efectivo desde hace casi un año. Porque el partido ganador pretende actuar como si nada hubiera pasado (me remito de nuevo al caso Soria) y porque los partidos perdedores simulan no haber perdido y no se dan cuenta de las potencialidades que les abre la nueva situación. La excepción es Ciudadanos.

Informado por la presidenta del Congreso de la investidura frustrada de Mariano Rajoy, el Rey no necesitó inventarse ninguna reacción. Repitió aquella parte de su discurso navideño: "La pluralidad política, expresada en las urnas, conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso". Rajoy y Sánchez siguen instalados en la vieja política. Incluso Iglesias, que presumía de nuevo, no ha roto con ella.

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