Postales desde el filo

La danza

Noticias serias y graves se mezclan estos días con las futilidades de la temporada estival

Noticias serias y graves se mezclan estos días con las futilidades propias del estío. Un clásico son los culebrones protagonizados por divos del fútbol. Un inevitable momento veraniego para la danza alrededor del dinero de agentes, padres, entornos, directivos, periodistas, etc. La originalidad del gran éxito de la temporada cinematográfica La, la, land reside en su interpretación del final feliz. Que la chica no acabe rendida en los brazos del protagonista, el irresistible Ryan Gosling, para no dejar escapar una oportunidad profesional es un final verdaderamente feliz. Lo que nos dice Damien Chazelle es que se puede hacer un musical clásico y romántico sin el beso final de los amantes como si el futuro dejara de existir. Lo que pretendo decir es que al fútbol, como otros deportes, lo mueven las pasiones, aunque según dicen los que saben más que nadie, sólo gira en torno al dinero. Pero, a diferencia del cine, el fútbol es más elemental y nada sería sin la exaltación, el entusiasmo, la lealtad y el amor incondicional de los aficionados a sus colores y a sus ídolos. Es un deporte de masas porque mueve pasiones y emociones. Por eso, cuando ejecutan la misma danza del dinero todos los veranos mercadean con los sentimientos de millones de aficionados.

No soy seguidor del Barça pero a mi, probablemente sean cosas de la edad, todo este asunto de Neymar, su padre y el PSG me ha parecido un espectáculo obsceno y bochornoso. El fichaje del jugador ya tuvo para el Barcelona en 2013 un enorme coste económico y moral. Sin duda es un gran jugador pero, incluso en el fútbol, hay cosas más importantes. Las circunstancias son conocidas: contrato en vigor hasta 2021, renovado hace un año, cuando afirmaba estar como en su propia casa. No ha esperado un año para negociar con el PSG a espaldas de su club. El Barcelona creía haberlo blindado, pero el Jeque del PSG les ha enviado un cheque de 220 millones, tras bañar en oro a los Neymar.

No hace mucho, algunos clubes españoles fueron sancionados por haber recibido ayudas directas e indirectas del Estado a través de administraciones locales y autonómicas. Decían las autoridades, no sin razón, que adulteraban la competición. El PSG no es que tenga ayudas es que es propiedad del Estado de Quatar y sus inconmensurables fondos soberanos. No sé si eso adultera, pero algún límite habrá que poner o las enormes diferencias económicas entre clubes acabarán con la competición.

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