Un defectuoso golpe de efecto

De la Torre mantiene desde hace tiempo una relación fluida con Cospedal y es más distante con Bendodo y Juanma Moreno

Si algo le desagradó al alcalde de Málaga de la intervención de Elías Bendodo en el Foro Joly, organizado por este periódico hace unas semanas, fue que el presidente provincial del PP mostrara su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría para presidir el partido en la nueva era tras Rajoy. Francisco de la Torre no entendía que la dirección de esta formación política dejara a un lado la teórica neutralidad en el proceso para posicionarse con contundencia en favor de una de los aspirantes.

Durante toda la campaña electoral, el regidor malagueño rechazó en varias ocasiones pronunciarse sobre sus preferencias. Marcaba una vez más las distancias. Pero el último día, con nocturnidad y sorpresa, lanzó un tuit para anunciar su respaldo a Dolores de Cospedal. Una vez más, evidenciaba su separación de Elías Bendodo, el número 2 de su futura candidatura. Pero la jugada le ha salido fatal. Un golpe de efecto muy defectuoso. Su candidata apenas obtuvo 27 votos de los 298 emitidos por los inscritos en la capital. De la Torre es posiblemente el mejor candidato electoral del PP, con un grado de popularidad que roza el pleno conocimiento. Pero, desde luego, su ascendencia como prescriptor para los afiliados es mínima.

¿Por qué ese respaldo que sólo podía reportarle dolores de cabeza? Aunque en esta sección ya he escrito dos artículos sobre la psicología delatorriana, desconozco la estrategia o el impulso final que precipitó su decisión. No puedo, como por lo visto hizo algún periodista argentino con Sampaoli en este mundial, consultar con unas "fuentes próximas a su pensamiento". Pero sí se pueden constatar evidencias. Dolores de Cospedal mantiene desde hace tiempo una relación muy fluida con De la Torre. Ni los presidentes regional ni provincial del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla y Elías Bendodo son dirigentes de su cuerda. Cospedal necesitaba en la capital algún interlocutar de postín.

De la Torre no perdona a Moreno que quisiera colocarlo de diputado a Madrid para forzarle a dejar la Alcaldía y despejarle el camino a Bendodo. Y tampoco a éste por intentar apropiarse de su sillón con la excusa de que había dicho con la boca pequeña que seguramente ya no repetiría como candidato. Supongo que la amistad con Cospedal y la necesidad de ésta de un sonoro apoyo en la comunidad más complicada, le acabaron por persuadir en un movimiento que ha resultado muy torpe.

A De la Torre le trae sin cuidado que se visualicen sus diferencias con Bendodo. Eso complica mucho una futura cohabitación. Hace unos días proclamó que le exigió retractarse de su defensa de una empresa de limpieza privatizada, si quería que encabezase la lista en las elecciones de 2019. Ahora, sin embargo, le ha proporcionado una pequeña victoria con su sorpresivo tuit. Eso, si al final el Congreso del PP no dicta lo contrario.

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