¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Un día duro para Sánchez

En el Congreso se representarán hoy dos dramas de vital importancia para la sostenibilidad del Gobierno

Uno de los debates más fascinantes de la ciencia moderna es si la vida es un accidente, una chamba irrepetible, un atributo exclusivo del planeta Tierra, o si, por el contrario, es un imperativo de la evolución del universo (si es que tal cosa existe) y, por tanto, la podemos encontrar agazapada en cualquiera de las galaxias que dan luz al firmamento. La misma discusión, aunque con un vuelo evidentemente más raso y tabernario, se ha instalado en la política española respecto a la continuidad de la entente que hizo posible la ascensión al poder de Pedro Sánchez: ¿fue un fugaz chispazo que nunca se volverá a repetir o es una consecuencia lógica que se sostendrá en el tiempo? Los acontecimientos parecen decantarse por la primera hipótesis.

Pasadas las párvulas euforias por el triunfo de la moción de censura y las presentaciones de los ministros galácticos, el panorama empieza a ser sombrío para el Ejecutivo socialista. Los puñales se amontonan en la espalda de Sánchez y, en estos momentos, con las malas cartas que hay sobre el tapete, no debe haber nadie en el Gobierno que de verdad crea posible agotar la Legislatura. En el Congreso de los Diputados se representarán hoy dos dramas de vital importancia para la sostenibilidad del Ejecutivo: el primero es la sesión extraordinaria para la aprobación del techo de gasto, antesala de los Presupuestos de 2019; el segundo es el nuevo intento de nombrar a Rosa María Mateo como administradora única provisional de RTVE. El Ejecutivo tiene muchas posibilidades de fracasar en ambos intentos, lo que lo colocaría en una situación extremadamente delicada, por ponernos británicos. Una derrota en el asunto Rosa María (musa periodística de nuestra juventud) sería digerible para Sánchez, pero no un revés en los PGE. A no ser, claro está, que cayese en la tentación de gobernar otro año más con las cuentas de Rajoy, lo cual sería el mayor fraude político de la democracia. Aun así, no descarten una genialidad de última hora que salve de la debacle al presidente, un político-gato cuya capacidad de resurrección está contrastada por la Biología contemporánea.

La inestabilidad y merma de los apoyos parlamentarios del Gobierno eran fácilmente previsibles. Un dream team compuesto por PSOE, ERC, PNV, PDeCAT, Bildu y Podemos sólo puede acabar en bochinche, por muchos gestos que se hagan y lingotazos de ratafía que se compartan. Con improbable suerte, Sánchez podría superar hoy los obstáculos, pero después vendrá otro y otro y otro...

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