Cuatro días de luto

Los británicos son la mayor comunidad extranjera. ¡Error! Los marroquíes son el doble y les siguen los rumanos

Que digo yo, Juanito, que quizás hicimos mal cuando, a la muerte de la vecina del tercero de la urbanización de enfrente, doña Federica Guillermina, no guardamos luto ante tan desafortunado acontecimiento. Se lo comento a usted que sé que es hombre de mundo y que, si no estuvo presente en las exequias, no fue porque no quisiera ir, sino por porque estaba ocupado en la redacción de ese anexo, nunca publicado, que la Enciclopedia Británica dedica a la recopilación de todos los agravios efectuados por la pérfida Albión al reino de España desde tiempos de la corona de Castilla. Y es que doña Federica Guillermina siempre fue un ejemplo para su comunidad, en la que, fuese quien fuese su presidente, nunca se metió en nada hasta el punto de aceptar, con la misma elegancia de quien paladea durante el aperitivo un Dubonnet aderezado con ginebra, la exigencia de la Jennifer del tercero derecha de que la llamaran presidenta en lugar de presidente. Porque ella, a pesar de los disgustos que le dieron su hijo, nueras, nietos y adláteres, siempre supo cuál era su sitio como administradora de los múltiples inmuebles que tenía en esa finca. ¡Qué a saber cómo administraran ahora sus herederos! Y así fue como ella sobrevivió a 15 presidentes de comunidad y cuatro curas de la parroquia. Lo que por otro lado es normal, dada la edad a la que nos dejó.

Y le digo esto porque a mí, la decisión de las comunidades de Madrid y Andalucía de declarar unos días de luto oficial por la muerte de Isabel II me han hecho pensar sobre la importancia de su papel como personaje público en unas tierras que solo pisó dos días. Y no digo yo que no la tenga para los británicos, quienes le han obsequiado con un funeral digno de una película de farones de Cesar B. DeMille, que ya hubiera querido Juana la Loca cuando paseó a su difunto Felipe el Hermoso por media España. Ni que no lo sientan. A mí, lo que me preocupa es que otra vez los andaluces hemos quedado mal. Porque si Madrid, que no es conocida por acoger a rosados súbditos de su majestad en sus playas del Manzanares, la ha homenajeado con tres días de luto, Andalucía, tenía que haber declarado cuatro y no uno. Y no solo es el número de días. También es la explicación que ha dado el consejero de la Presidencia para justificar el homenaje: en Andalucía, los británicos son la mayor comunidad extranjera. ¡Error! Los marroquíes son el doble y les siguen los rumanos.

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