Todo por "la dignificación"

Con salarios dignos igual quizá ahora podamos exigir concejales que estén a la altura de lo que perciben

Los primeros plenos de los nuevos ayuntamientos salidos de las urnas del 26 de mayo se ocupan de decidir la organización de la institución y establecer los salarios de los concejales así como las asignaciones de los grupos y los pagos por la asistencia a las distintas sesiones y comisiones. Durante la pasada y aún no superada crisis económica, estas citas iniciales de arranque de las corporaciones pasaban sin pena ni gloria. En todo caso, los grupos políticos o los alcaldes de turno aprovechaban para algún gesto de cara a la galería: se congelaban o rebajaban sus sueldos. Un supuesto mensaje solidario con los más castigados por la depresión económica.

Hace cuatro años, ayuntamientos, como el de Málaga, ya hicieron una primera intentona para incrementar los ingresos. Pero se vieron obligados a dar marcha atrás por la impopularidad de la medida. En esta ocasión se han atrevido, incluso con la excusa de que seguían la estela de Sevilla. El ejemplo, ha cundido en otras corporaciones de la provincia. En la mayoría de los casos la justificación esgrimida es la necesidad de "dignificar la política". Me parece bien. Con salarios dignos también podremos exigir concejales que estén a la altura de lo que perciben. Quizá así se eviten representantes municipales colocados en las listas sin mérito alguno, más allá de la lealtad al jefe de turno del partido, y que necesitan una buena retribución porque es la única posibilidad de llevar un ingreso a su casa.

El nombre de las personas que reciben pagas a tiempo completo o parcial, según el número que corresponde por ley, lo decide el alcalde de turno y el interventor. También el regidor dispone de la potestad de fijar las asignaciones que perciben los grupos o las que se fijan por asistencia. Y ahí depende de lo que cada cual interpreta en su discreción o calidad democrática. No es nuevo pero, por ejemplo, el alcalde de Estepona, brillante regidor del PP, el más votado del partido en toda España, tiene muy claro que cuanto más asfixie a la oposición, mejor. Los cuatro concejales socialistas percibirán 300 euros por asistencia al pleno y 50 euros por ir a cada comisión. Así, José María García Urbano, debería tener enfrente para controlarle otro registrador de la propiedad como él que, además de permitirle compatibilizar sin problema de tiempo o dedicación las dos tareas, queda de cine ante su pueblo porque no le cuesta un euro al Ayuntamiento. Como registrador triplica o más su teórico ingreso como alcalde.

El de Torremolinos también aprende rápido. Además de asegurarse que los concejales que le han aupado al cargo estén felices, también ha castigado a los otros.

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