El distrito de Con-Sin

La historia ha ido dejando muestras de la infinita paciencia de estos ciudadanos del lejano este

La dejadez que ha caracterizado en los últimos años al distrito Este, respecto a las inversiones de las diferentes administraciones, está llegando a su cenit. Ahora tiene un nuevo Con-Sin: "Con bicicletas municipales y Sin carriles bici". Si bien es verdad que es la Junta de Andalucía la responsable de la construcción de dichos carriles bici, ahora que ambas administraciones pertenecen a los mismos partidos, las inauguraciones de este tipo de infraestructuras deberían llevar acompañada la fecha de finalización. Así los ciudadanos, además de sostener económicamente a nuestros gobernantes, también lleguen a saber de ellos cuándo podrán usarse con menos peligro estas alternativas de movilidad sostenible.

La historia ha ido dejando muestras de la infinita paciencia de estos ciudadanos del lejano este con sus autoridades. No les basta con ser un lugar "Con enfermos pero Sin hospitales públicos", lo que evidentemente reduce su esperanza de vida, al tardar más en ser atendidos por cualquier urgencia que el resto de los malagueños. También es un distrito costero "Con muchos aficionados a la natación pero Sin piscinas municipales". Es más, en sus playas de Pedregalejo cuenta "Con paseos marítimos Sin dimensiones para permitir el paseo" o "Con un balneario histórico y espectacular Sin respeto a su larga historia de espectáculos".

Pero las injusticias acaban siendo muy simbólicas. Curiosamente es un lugar "Con un vagón de tranvía y Sin visos de que llegue algún día el Metro", aunque ya disponga de mega autobuses con un metro más de largo que los habituales. E incluso cuenta "Con un gran centro deportivo privado pero Sin instalaciones públicas modernas", a diferencia del resto de barrios, en los que se puede practicar deporte por una quinta parte del presupuesto. Pero si el nivel de ingresos es similar al de los distritos más poblados de la ciudad, ¿quién ha decidido que no tengan derecho a unos servicios públicos similares a los de los demás?, esperemos que algún día se acabe con tales desequilibrios. Porque antes de que los habitantes de Con-Sin lleguen a convertirse en los de Sin-Sin, les debería llegar su oportunidad, que para ello pagan los mismos impuestos.

Ahora llegan las promesas electorales, pero ¿las realidades para cuándo? Si queremos una sociedad de ciudadanos iguales no olvidemos, como nos decía Víctor Hugo, que "la primera igualdad es la equidad".

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