Me duele la cara de ser tan guapo

Siempre que un presidente deja el gobierno se espera que sus obras supongan un poso de sabiduría política

Tras el triunfal éxito de la segunda obra "escrita" por Pedro Sánchez, tras su inolvidable tesis doctoral, no cabe duda que nos encontramos ante un candidato más que apreciable para la elección del guapo de la Feria de Málaga. Aunque habitualmente el piropo "guapo" te lo suele decir tu madre o tu tía lejana, nuestro presidente nos ha sorprendido con una humildad sin precedentes diciendo que prefería ir a televisión para que no lo conocieran sólo por su guapura. Animo, con un ego de ese tamaño se conquista el Everest o lo que se ponga por delante.

Desde la propia portada del libro, al estilo de 50 sombras de Grey, hasta sus confidencias con la realeza, no ha dejado de sorprender a propios y extraños. Muchos de los propios están asustados solo de leer lo que ha sido capaz de contar de ellos, y especialmente de su contrincante andaluza, y los extraños están aún intentando encontrar alguna orientación de política internacional entre tanta literatura sobre cotilleos de palacio.

Siempre que un presidente deja el gobierno se espera que sus obras dejen una experiencia y un poso de sabiduría política para las generaciones futuras. De ahí que se requieran los años, la distancia y la diplomacia suficientes para que nadie se pueda sentir agraviado. Gracias a ello suelen servir tanto de manuales de referencia como de conocimiento sobre las estrategias a seguir frente a los conflictos, es decir, como se desarrolla el arte de gobernar. Sin embargo, este libro, hecho durante los apenas ocho meses de gobierno, nos plantea problemas tan trascendentales como el cambio del colchón de la cama de matrimonio en Moncloa. Es más, ni siquiera vale la pena vestirse de intelectual aduciendo que se ha cambiado la prensa deportiva, del gusto de Rajoy, por diarios económicos en inglés, ya que hoy internet nos permite a todos acceder a la información internacional con gran facilidad.

Por tanto el escaso tiempo refleja poca profundidad, aunque algunas lagunas en la memoria si que sorprenden. Decir que "El haber salvado la vida a las 630 personas del Aquarius hace que valga la pena dedicarse a la política" y olvidarse de que tiene bloqueados los buques "Open arms" y "Aita Mari" para impedir nuevos salvamentos, es de una hipocresía difícil de ocultar. Pero esta claro que este tipo de monsergas del "haz lo que yo te diga pero no lo que yo haga" no dejan en buen lugar a ningún gobernante.

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