El zoco

juan lópez cohard

La economía circular

Estamos ya en pleno mes de agosto acercándonos al ecuador del periodo vacacional por excelencia: El 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María y fiesta en casi todos los pueblos de España. Y fiesta también en Italia de muy antigua tradición ya que fue instituida por el mismísimo emperador Augusto, de ahí que se la conozca como ferragosto, esto es, Feriae Augusti. Tiempo para no hacer nada, ni pensar en nada y tomarse la vida con humor, esa "predisposición a mostrarse alegre y complaciente". Según Álvaro de la Iglesia "el humor es una postura optimista ante la vida, que consiste en creer lo que no vemos". Es esa la postura que quiere Pedro Sánchez que tengamos siempre.

Pero, confieso que estoy dispuesto a ello y, por eso, recito con Don Manuel Machado: "Tengo el alma de nardo del árabe español. / Mi voluntad se ha muerto una noche de luna / en que era muy hermoso no pensar ni querer… / Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna… / De cuando en cuando, un beso y un nombre de mujer." Pero si yo me visto con alma de nardo, Pedro Sánchez lo hace con la de Narciso. Antes de irse de vacaciones, se ha mirado en el espejito mágico y se ha dado un baño de narcisismo que te deja con ojos de brótola. España, el país de las maravillas, crece, tras la pandemia, más que los demás países de la UE. Pandemia que aún no se ha ido pese a su extraordinaria gestión, a la que tenemos que agradecer que solo haya habido unos 145.000 muertos, y lo que gotea. Y nos alegramos mucho de ese crecimiento económico. La pena es que también fuese el país que más se hundió económica y laboralmente en sus comienzos. Pero esto último el espejito no se lo puede decir a Don Narciso.

"Nosotros hacemos y respondemos. No con promesas, sino rindiendo cuentas y sometiendo nuestra labor al análisis de la ciudadanía". Humor, mucho humor y muchos humos hacen falta para decir eso cuando el número de mentiras, de hechos oscuros y sospechosos, acuerdos secretos (ERC, Bildu, PNV, UP, etc.), indultos jurídicamente desaconsejados, caso Delcy, del que estamos esperando saber algo, así como del Comité de Expertos epidemiológicos y de las importantísimas relaciones con Marruecos, y ¡para qué seguir!

Menos mal que estamos en Málaga y, pese a la "hostil" y "furibunda" oposición, "la más irresponsable de Europa" que solo intenta derribar al equipo de gobierno, la gestión de nuestro Ayuntamiento ha situado a Málaga como la ciudad más demandada, tras Madrid y Barcelona, por los inversionistas. Cientos de proyectos están en marcha o iniciándose. Hoteles (entre ellos dos de cinco estrellas) y apartamentos turísticos; cientos de viviendas residenciales; proyectos logísticos; oficinas; proyecto de dos campus universitarios privados y proyectos portuarios como atraques para megayates, oficinas, hotel y puerto deportivo, y eso sin dejar de lado los importantísimos proyectos tecnológicos con desembarco en Málaga de grandes compañías como Google o Vodafone. Es como para dejarse llevar por el buen humor veraniego y recordar los versos del maestro Alcántara: "(A la sombra de una barca / me quiero tumbar un día; echarme todo a la espalda / y soñar con la alegría)". Alegría que ¡ojalá! no desaparezca en septiembre si, como en otras ocasiones, comprobamos que los inversores confunden la economía circular con el negocio redondo.

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