Los efectos del CIS

La encuesta del CIS ha puesto patas arriba todas las previsiones de lo que parecía un consenso demoscópico

Más que los mítines, las entrevistas o los debates, la verdadera salsa de las campañas electorales son las encuestas. La necesidad de conocer por dónde se mueven las preferencias políticas de la ciudadanía o la irreprimible curiosidad de intentar adelantarse a los acontecimientos han hecho de los sondeos una herramienta esencial en las estrategias de los partidos. No hay formación política ni grupo de comunicación que no tenga una empresa demoscópica de cabecera que continuamente nos anuncie sus previsiones electorales. Esta creciente dependencia de las encuestas las convierten en elementos esenciales para conocer la voluntad del cuerpo electoral, pero también un buen instrumento para intentar modificarla o moldearla. Entre estos dos fuegos, las actuales encuestas iban dibujando un perfil electoral que, con significativas diferencias, parecían estar en la misma sintonía, sin que hubiera voces rotundamente discordantes.

En este tranquilo panorama ha irrumpido la anhelada encuesta del CIS y ha puesto patas arriba todas las previsiones de lo que parecía un consenso demoscópico aceptable. El famoso sondeo de Tezanos ha batido récord de descalificaciones, ataques, insultos y críticas, que proceden de todo el arco electoral. No sorprende la unanimidad en la crítica, sino lo airado, estruendoso y exagerado de la misma. Todo el mundo trata de quitarle rigor y certeza a esa encuesta, pero en el fondo, con sus exagerada respuesta, le están dando la mayor importancia. Porque, se quiera o no, la encuesta de CIS arrastra un merecido prestigio por la abundancia de medios con la que se hace y por los aciertos obtenidos (concretamente el de la últimas elecciones generales). Es cierto que en ella se obvian elementos tan importantes como la sentencia del procés, los disturbios en Cataluña y el traslado de los restos del dictador, pero a pesar de eso, las previsiones de ese instituto oficial siempre han sido una referencia para todos los partidos y todas la empresas que se dedican a este tipo de predicciones. Mañana es el último día para publicar sondeos y, posiblemente, ya vendrán tamizados por los datos que aporta la macroencuesta oficial. A partir de ahí estaremos sometidos a intoxicaciones y filtraciones de los respectivos partidos, que tratarán de demostrar la real o inventada recuperación de su propuesta electoral. Pero, sobre todas ellas, sobrevolarán las predicciones del CIS de Tezanos. Otra cosa es que acierte.

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