PANORAMA SIN EL SILO

Francisco Peñalosa

De espaldas

RATZINGER-Z está dispuesto a restaurar el antiguo orden. Los sarkozynicos también. Religión y política deben fundirse en un todouno como el Islam, como Al Qaeda. Simetría de civilizaciones. El sumo Pontífice siempre tiene razón. Por dogma, está en posesión de la verdad. Y predica la fusión. Ahí está el futuro. Lo que no tiene ningún porvenir es que el enano de la Cope pretenda jugar de pívot en el Barça. Se anuncia un derby apasionante en el papa blanco, S. S. Ratzinger, y el nuevo papa negro, Adolfo S. J.

Benedicto XVI dice la misa en latín y de espaldas. Como debe ser. Porque hay mucho rojerío infiltrado en lo gregoriano. Dar la espalda no es inevitablemente un desaire.

Estos días, hablando del Plan del Puerto ha vuelto a oírse el tópico de: "Málaga de espaldas al mar", cuando lo justo sería decir: "Málaga de espaldas al Puerto". En el término municipal malagueño hay 1.500 metros de frente portuario y diez kilómetros de playa desde donde mirar de Algeciras a Estambul. Entender que el apareamiento Puerto-ciudad consiste en inaugurar el centro comercial del muelle 1, es una mentecatez. Hay puesto un cartel que reza así: Málaga mar. Moda, gastronomía y ocio, frente al mar. Será frente a la dársena. Si los futuros locales comerciales se alquilan de uno en uno, veremos nacer negocios análogos y similares a los del Paseo del Farola y del Ciudad de Melilla. Y si la explotación se hace en conjunto, como una gran superficie, mejor hubiera sido otorgar la concesión directamente a El Corte Inglés.

Lo bello del Puerto son las grúas y los buques. Con siete grúas -las siete magníficas- se podrían mover un millón de contenedores al año, y con una terminal marítima adecuada, es normal recibir un millón de cruceristas cada doce meses y desembarcarlos en jábegas, como hizo Alfonso XII en 1887, que puede verse en el cuadro de Herrera Velasco colgado en la Casona del Parque. Entonces, el agua llegaba hasta la Cortina del muelle.

Desde esos años, con Cánovas, la ciudad no ha parado de robar terreno al Puerto. Hay que devolvérselo uniendo -cosiendo, suturando, soldando- el Parque con el Palmeral de las Sorpresas, a través de una serie de puentes peatonales que sobrevuelen el Paseo de los Curas. Y así acabar con eso de darse la espalda. Aunque poetas y poetos han encontrado tanta fuente de inspiración en lo trasero como en lo delantero. Don F. de Quevedo y Villegas, aludiendo al reverso de los calzones (gregüescos) con que se vestían algunos fanfarrones poderosos, arrogantes y soberbios del barroco, escribía: "Pues en el tribunal de sus gregüescos,/con aflojar y comprimir las arcas,/cualquier culo lo hace con dos cuescos". Mucho después, Vinicius de Moraes, ya con tibieza de bajos, pero con fuego en el corazón, cantó con otra ternura: "Mira que cosa más linda,/más llena de graçia,/con su balançeo,/camino do mar." Ritmo de nalga, ritmo de tanga. Fue en Ipanema.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios