El PSOE hace tiempo que dio por amortizado al alcalde de Málaga. El objetivo sin disimulo es desgastar a su más que posible sucesor, al menos como candidato: Elías Bendodo. Atacar a Francisco de la Torre incluso puede ser contraproducente, dada su enorme popularidad que no mengua con los años. La estrategia esconde una pobrísima labor de oposición en estos años. Un partido que, a estas alturas, carece de un referente en la capital, por más ganas que le ponga la actual portavoz socialista.

El regidor ha logrado algo insólito: que cuajen dos ideas. Todo lo bueno que acontece en la ciudad se debe a su acertada gestión. De lo negativo siempre hay un principal culpable: la Junta. Como tras estas inundaciones. Después de cuatro riadas en cuatro años, el último Pleno del aprobó por la vía de urgencia pedir ayuda a las otras administraciones para ejecutar obras por 40 millones. El argumento es que el Consistorio no tiene dinero. Y tras ejercer un simbólico pataleo, todos los grupos se sumaron a su iniciativa.

Francisco Conejo, el portavoz socialista en Diputación, ha asumido personalmente la tarea de martillear a Bendodo para desgastarlo. Valgan tres ejemplos recientes con acierto desigual. Le criticó por destinar cuatro millones de euros a convertir la plaza de toros en un gran espacio de ocio. Difícil no compartir que un inmueble en esa zona estratégica pueda tener uso más de dos semanas al año. Pero el PSOE cree que el proyecto esconde sus aspiraciones a la Alcaldía. Luego mostró unas imágenes alarmantes de las paredes y la cocina de un centro asistencial de discapacitados y obligó a la respuesta del gobierno del PP. Aunque en ambos casos, hay una cuestión de fondo que no es objeto de debate. ¿Qué pinta una diputación como gestora de un coso taurino y de unas dependencias sociales? Claro que los socialistas también atribuyen al organismo provincial competencias sobre la memoria histórica. La Guerra Civil es un asunto recurrente para la izquierda cuando quiere legitimarse ante la derecha en España. Así que Conejo decidió desenmascarar a Bendodo cuando rechazara una moción para crear un servicio "específico de Memoria Histórica Democrática", con "los recursos humanos y económicos suficientes"; una "Mesa Técnica y una Mesa de Participación provinciales" y un "aula itinerante" para difundir los males del franquismo en los municipios de menos de 20.000 habitantes. Asuntos, como se aprecian, de enorme vigencia y honda preocupación entre los vecinos de estos pueblos, que por fin ya saben quién será el culpable de que las próximas generaciones sigan sufriendo las secuelas de aquellos espantos de hace ochenta años.