No se podría imaginar María Jesús Montero cuando Pedro Sánchez la nombró portavoz del Gobierno la que se le venía encima. La crisis del coronavirus lo ha alterado todo y ha sometido a la ministra andaluza a una permanente exposición mediática. En muchas ocasiones ha demostrado la habilidad y las tablas políticas que ya exhibió en su largo paso por la Junta y en otras lo complicado de la situación le ha jugado malas pasadas. Montero llegó a Madrid como ministra con peso específico propio y no defraudó las expectativas. Pero el futuro de su carrera quedará marcado por su actuación en esta crisis.

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