La convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía para el próximo mes de diciembre me genera algunas dudas difíciles de despejar y de imprevisibles consecuencias para nuestra Comunidad y para toda España, como muy bien saben los líderes nacionales que llevan ya semanas descolgándose por nuestra tierra o la propia Presidenta que lleva tambien semanas haciendo campaña desde el Consejo de Gobierno.

Aunque se justifique la convocatoria en la estabilidad y aunque las encuestas en general prevean pocos movimientos en el reparto de parlamentarios, la cosa puede no salir tan bien como se pretende.

En principio se espera que el PSOE se mantenga en una situación muy parecida a la actual; el desgaste de la inexistente gestión de Díaz y su gobierno estos años se contrarresta con la recuperación de muchos votos de la coalición de IU-AA que no consigue mantener el atractivo que sí consiguió Podemos en su momento y que provocará, sin duda, una importantísima abstención entre el electorado de izquierda. También se espera que el PP sufra un importante retroceso que rentabilizará Ciudadanos, aunque este partido también podría robar un número importante de votos a un PSOE-A que compite con la derecha con posiciones ultraconservadoras en algunos asuntos como la unidad de España, las tradiciones religiosas o el populismo trasnochado que representa Canal Sur.

De cualquier forma si el PSOE-A gana las elecciones y no consigue mayoría absoluta, la respuesta a la pregunta de con quién pactaría para gobernar, no parece sencilla de responder porque las dos opciones lógicas, Cs o IU-AA, se han puesto un poco cuesta arriba al final de la legislatura.

¿Podrá Ciudadanos tragarse el sapo después de las denuncias de incumplimientos de los acuerdos del actual gobierno y más si se convierte en el partido hegemónico de la oposición que aspira a gobernar en el futuro?

¿Podrá hacerlo la coalición IU-AA a pesar de sus aparentes distancias ideológicas y a pesar del enfrentamiento personal con el que Díaz y Rodríguez han abochornado nuestra vida parlamentaria esta legislatura?

Puestas así las cosas y descartando el improbable resultado de que Díaz saque mayoría absoluta, no queda más que la posibilidad de gobernar en minoría con acuerdos puntuales pero, incluso para eso, la futura presidenta debería ser investida y, hasta ese trago, parece complicado tal como está el patio en Andalucía y en España y con la perspectiva de las próximas elecciones que quedan por convocar. Así que no sé yo lo de la estabilidad.

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