Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Una foto con Obama

JULIO Camba escribió en un artículo que Maupassant había consagrado media vida a describir las vilezas, las humillaciones y las infamias de que es capaz un francés por obtener la Legión de Honor. Se refería a los franceses del XIX, pero Camba añadía que los dos ideales del patrón de su hotel parisino en 1910 eran la concesión de un despacho de tabaco y la Legión de Honor. Estanco e insignias que consiguió, cabe suponer que sometido a las suficientes dosis de bajezas.

Ya ven que no hay nada nuevo bajo el sol, en esta extraña legión de catetos pretenciosos y pijos horteras que protagonizan el enredo de Gürtel. Más allá de las responsabilidades penales, que están en manos de los jueces; más allá de la ética, que algunas dirigentes del PP han aplicado con más fortuna que otros, aquí hay un caso de vilezas e infamias antiestético y ausente de honor. Regalos de relojes que valen el presupuesto anual de muchas familias; coches de superlujo, atenciones con los familiares más cercanos y los íntimos colaboradores. Qué lenguaje más soez; qué apodos, el albondiguilla, don Vito, el cabrón, el curita. Qué vergüenza.

Los gobernantes suelen ser cortejados por demasiada gente como para saber quién se acerca con intereses espurios. Por eso los más listos y honrados se vuelven prudentes, distantes. Lo que les somete a un aislamiento peligroso: los primeros aduladores están en el seno de los partidos, cuadros que buscan con el halago el favor del líder. No es sencillo sustraerse a todo eso. Y de vez en cuando aparecen personajes que les hacen la vida tan fácil que pierden todo sentido de la realidad. Camps le pidió a El Bigotes ¡una foto con Obama! ¿Cómo podía pensar que su conseguidor doméstico tendría mano en la Casa Blanca? Hay que ser cateto.

Como consuelo ha salido al quite el comité noruego que concede el Nobel de la Paz. Se lo han dado a Obama sin que haya hecho nada. El mundo anda loco por una foto con el presidente americano: Camps acudió a El Bigotes, las hijas de ZP a su padre, y el comité noruego a su premio. Este talismán suple anhelos como los de los franceses de antaño por la Legión de Honor. Los noruegos ya se han asegurado la foto con Obama. Para envidia de Camps.

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