Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

¿franquicia popular?

La pasada semana, con el calor, no sabía de qué escribir y terminé hablando de salsas frías, pero, como el calor ha ido a más durante toda la semana, me temo, si hago caso a los comentarios que mis textos han provocado en algunos lectores, que he estado escribiendo en las redes sin saber muy bien de qué escribía. Los más compasivos sólo me han acusado de equidistancia o de ambigüedad en lo que he dicho sobre Miguel Ángel Blanco, el joven asesinado hace 20 años por ETA. Recuerdo perfectamente lo mal que los pasamos mi familia y mis amigos deseando y esperando que la presión popular parara la mano asesina de Txapote, el ejecutor. Y el dolor y la impotencia que sentimos cuando supimos que había sido sacrificado de un tiro en la nuca. Al ver que el PP sigue utilizando a las víctimas como parapeto y airbag de sus indecencias, se me ocurrió escribir esto en mi blog: "Nutrirse de víctimas, de los muertos, está en la médula de la especie. En la médula de la cultura occidental, la cristiana. Si millones de personas aceptan a diario incurrir en la antropofagia simbólica y comerse en cuerpo y alma a todo un dios, como alimento de salvación, ¿por qué no va intentar el PP, en su execrable camino de corrupción, engullir a Blanco, el joven mártir, asesinado por los infames fanáticos de ETA? La comunión purifica, abre las puertas del paraíso; la antropofagia simbólica que el PP ha escenificado con motivo del aniversario de Blanco está encaminada a cerrar las puertas de la memoria para que olvidemos las obscenidades políticas del gobierno popular. Blanco que fue de todos, es la ultima privatización del neoliberalismo salvaje". Por lo visto no está suficientemente clara mi condena del asesinato. Hablar, como hablo en mi texto, de Blanco, como "el joven mártir, asesinado por los infames fanáticos de ETA", no es suficiente. Parece ambiguo o equidistante. Ya digo, esta semana he escrito a tontas y a locas. Y sé que lo que voy a decir ahora llevará a alguno de mis lectores a pedirme que deje en paz a los muertos. Pero, a mis cortas luces, donde hay ambigüedad es en la postura de los que se consideran usufructuarios únicos de la memoria de los asesinados por ETA. Ambigüedad superficial, sólo, porque lo que están señalando es que la muerte de Blanco no es lo que fue en aquel momento, rabia, impotencia y dolor sentidos por millones de personas de ideologías y partidos diferentes, sino que Blanco es suyo. Y que el pesar que mostramos los demás es puro teatro. Lo que nos están diciendo es que no pongamos nuestras sucias manos sobre la memoria de este desventurado joven, convertida por ellos en suculenta franquicia política. Las manos de los que todavía no hemos olvidado a Miguel Ángel Blanco están limpias. Las sucias, son otras..

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