La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El futuro se llama Rivera

Malos tiempos se cierran para abrir otros peores. El futuro mejor de España a partir de ahora se llama Albert Rivera

La debilidad política y oratoria de Sánchez es tal que Rajoy, pese a estar achicharrado y saberse perdedor, le dio un revolcón oratorio mientras él, pese a saberse ganador, se mostraba tenso, inseguro aun leyendo, basculando nervioso de una pierna a otra, mal informado o mintiendo (teniendo que desmentirse al instante para que no constara su error en acta u olvidándose de Andalucía al acusar a C's de apoyar solo a gobiernos autonómicos de la derecha), sin más argumentos que la corrupción y la sentencia del Gürtel ni más propuestas que vaguedades de imposible encaje constitucional -caso catalán- vistos los apoyos independentistas y antisistema que garantizaban su éxito. Por eso a medio día Tardá y compañía repicaban de alegría. Por la tarde Rivera le dio un revolcón aún mayor e Iglesias le humilló porque al final le tenía donde siempre lo había querido tener.

Es cierto que la podredumbre tanto tiempo tolerada y silenciada en una suicida política de avestruz le ha costado a Rajoy perder los barcos y la honra. Tan cierto como que la podredumbre de los ERE parece no afectar al PSOE aunque Chaves y Griñán se hayan tenido que sentar en el banquillo mientras Rajoy no está imputado ni procesado. Sospechas, todas las que se quieran. Y la sentencia del caso Gürtel se ha encargado de engordarlas poniéndole a Sánchez el toro en suerte para que entrara a matar añadiendo a los hechos probados y condenados el opinativo cuestionamiento de la credibilidad de Rajoy "cuyo testimonio no aparece como suficientemente verosímil" que el PSOE ha usado desde el inicio de la moción.

Rivera, con sus muy buenas intervenciones, definió bien el esperpento de ayer: "El partido de los ERE quiere pactar con el partido del tres por ciento para quitar al partido del Gürtel". El futuro, si Sánchez es presidente, es aún más negro: un líder no sobrado de facultades con 84 diputados y el único apoyo de los antisistema y los independentistas augura un futuro tan inestable ("hay una nueva España plurinacional que no cree en reyes" dijo Iglesias guiñando a los republicanos independentistas) que no es descartable que se vea obligado a convocar elecciones antes de que las encuestas le sean favorables. Si no a pedir árnica a Ciudadanos cuando los perros de su trineo amenacen devorarle. Malos tiempos se cierran para abrir otros peores. El futuro mejor de España a partir de ahora se llama Albert Rivera.

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