Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Un gabinete de exposición

El gran perjudicado de esta sucesión vertiginosa de acontecimientos es sin duda Ciudadanos, en tierra de nadie

Admito mi sorpresa positiva ante el resultado final de la composición del gabinete Pedro Sánchez. Aunque el más mediático de los ministros, el de Ciencias, Pedro Luque, seguramente habrá sido uno de los más fáciles de convencer. El astronauta trabajó hace años con el ahora presidente, cuando éste formaba parte del equipo de Rodríguez Zapatero. Es, sin duda, un gobierno salido de un casting. Resalta el bloque, aunque también hay piezas que se le han colado al headhunter y que chirrían. Pero, a mi juicio, el mayor valor del equipo que ha formado es que, aparentemente, integra a miembros con un talento superior al del propio Sánchez, lo que dice bastante de la autoconfianza que muestra en sí mismo. Rodearse de mejores no es precisamente un signo de debilidad sino de fortaleza. Es, sin duda, salvo un par de excepciones, un gabinete de exposición. Pero veremos cómo responden todas las piezas cuando salgan de las vitrinas.

El efecto para el PSOE ha sido inmediato. En la era digital, algunas formaciones políticas disponen a diario de resultados de las encuestas, como los programas más vistos de la televisión. Y el impacto, con casi toda la opinión publicada en fuera de juego, porque desconfiaba que Sánchez pudiera reunir un Consejo de Ministros de altura, se traduce en un rápido incremento de votos para los socialistas. El goteo controlado de noticias le ha permitido copar la actualidad durante una semana seguida e incluso oscurecer la renuncia del predecesor.

Pero curiosamente el efecto positivo también alcanza al PP. La moción de censura y la dimisión de Rajoy han constituido señales suficientes para un porcentaje significativo de electores, que han decidido mentalmente volver al redil popular y que figuraban en la órbita naranja. Posiblemente entienden que el castigo infligido ha sido ya más que suficiente.

El gran perjudicado de esta vertiginosa sucesión de movimientos es, lógicamente, Ciudadanos. En tierra de nadie, ve frenado su imparable ascenso, que se nutría de los votantes del PP, y ahora deberá compartir la oposición con el partido al que fagocitaba. Podemos también necesita buscar un lugar propio bajo el sol. Si los socialistas son inteligentes lanzarán un puñado de medidas sociales para contentar a ese electorado que se alejó de ellos en la pasada crisis porque siempre vieron al PSOE como un cómplice necesario del PP.

Aunque cualquier análisis queda desfasado por la rapidez de los acontecimientos, la nueva situación puede condicionar la dinámica en las próximas elecciones municipales. Y ojo también al mensaje interno de Sánchez con sus fichajes andaluces. Porque en política, raro es líder que deja prisioneros si se lo permiten. Y él lo sabe bien, era un zombi hace pocos meses.

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