Editorial

Otro golpe de efecto y propaganda

EL presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acordó el sábado pasado con los responsables territoriales de su partido, que el PSOE respaldará los presupuestos públicos de 2009 en todas las comunidades autónomas y ayuntamientos, a pesar de que no gobiernen en ellos. Se hará lo posible, vino a decir el secretario general del PSOE, pero en el peor de los casos, su partido no bloqueará las cuentas públicas en las instituciones debido a las especiales circunstancias de crisis financiera a la que nos enfrentamos. El anuncio se antoja como un golpe de efecto más, un tanto propagandístico, difícil de cumplir en cientos de ayuntamientos y dirigido, especialmente, al Partido Popular. Además, habrá municipios en los que la oposición socialista haría una dejación de funciones si respalda unas malas cuentas que seguirán siendo igual de perjudiciales por mucha crisis que haya. No se comprende, por tanto, la generalidad de la medida, por lo que hay que pensar en otras claves. El Gobierno de Rodríguez Zapatero acaba de cerrar un acuerdo con el PNV y el Bloque Nacionalista Gallego para aprobar los Presupuestos Generales del año 2009 mediante un acuerdo que, como siempre que se pacta con los nacionalistas, tiene un precio: unos 210 millones de euros. El pacto con el PNV lleva implícito que el PSE apruebe el presupuesto del lehendakari Ibarretxe, un extremo difícil para Patxi López ahora que aspira a hacerse con el Ejecutivo de Vitoria. En este contexto, el acuerdo alcanzado por los barones territoriales le da la excusa perfecta a López para apoyar a Ibarretxe. Pero, sobre todo, la medida pretende que el Partido Popular le siga la estela en el Congreso y apruebe o se abstenga el día de la votación de las cuentas. Con los votos del PNV y el BNG, el PSOE va sobrado, pero aun así quiere que los populares se resignen y terminen por respaldar un texto del que han solicitado su retirada. Rodríguez Zapatero ha pasado de minimizar la crisis y relativizarla en el caso de España a solicitar -con su ejemplo, claro- una suerte de alianza general en todo el país por los momentos excepcionales que vivimos. Un bandazo.

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