La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Los hijos al matadero

¿Cómo mantener la distancia en los comedores y el recreo? ¿Cómo organizar el transporte o las clases de Infantil?

Los protocolos de actuación para el nuevo curso escolar elaborados por el Ministerio de Educación y adaptados por los consejeros autonómicos se han quedado viejos prematuramente. La causa ha sido el tremendo rebrote de la pandemia, que ha hecho saltar por los aires las previsiones formuladas y convertido la vuelta al cole en una fuente inagotable de incertidumbre, miedo y malestar.

Ciertamente las autoridades se lo están tomando con tranquilidad: hasta finales de mes no se celebrará la conferencia de presidentes autonómicos más el presidente de la nación para intentar establecer una nueva coordinación. Mientras, cada uno va por su cuenta, en tanto que alumnos, profesores, padres, sindicatos, directivos de centros y expertos acrecientan sus protestas y lanzan sus propuestas, algunas disparatadas y otras impracticables.

El único punto en el que todos están de acuerdo es en la necesidad de que la enseñanza sea presencial, porque sólo esta modalidad garantiza la igualdad y ayuda a la socialización del alumnado. Aun así, ya hay comunidades que manejan la idea de una docencia digamos mixta, en parte presencial y en parte telemática, lo que exigiría cuantiosas inversiones de las que no disponemos. En cualquier caso, el nuevo curso se presenta azaroso y problemático. Ocho o nueve millones de niños y jóvenes y muchas decenas de miles de profesores van a ser sometidos a sesiones continuas de prueba y error.

Por más que se incrementen las plantillas de personal docente, administrativo y subalterno, se designen coordinadores sanitarios en cada centro y se cumplan estrictamente las normas de distancia social y limpieza, esto va a ser una lotería. Por razones objetivas, que se pueden ejemplificar en varias preguntas: ¿cómo garantizar la distancia en colegios antiguos y nada espaciosos? ¿cómo bajar las ratios en aulas de dimensión no ampliable? ¿qué hacer con los comedores? ¿cómo organizar el recreo? ¿y el transporte? ¿y las clases de Infantil? En el estado actual de la pandemia no es nada descartable un horizonte de colegios cerrados por brote en una sola aula. Que los niños desarrollen la enfermedad entre diez y veinte veces menos que los adultos es la única esperanza dentro de este panorama sombrío.

El absentismo va a aumentar desde el primer día. Oído en el mercado de Sanlúcar: "No me importa lo que diga la Junta de Andalucía, yo no voy a llevar a mis hijos a un matadero". El miedo es libre. E irracional.

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