la tribuna

Manuel Garrido

La historia se repite

CON los documentos encontrados en el Archivo Histórico podemos certificar que la Agrupación Socialista de Ronda se funda por primera vez en 1931, en plena Segunda República. A principios de ese año, los compañeros Antonio Paz Martín, Celestino Domínguez y Ramón Morales, forman una comisión organizadora para elaborar los estatutos de la sociedad llamada Partido Socialista Obrero Español, adoptando como suyos todos los preceptos, programa y organización general del partido. A principios del mes de junio de 1931, finalizan la elaboración de estos estatutos, firmándolos y enviándolos para su registro al Gobierno Civil el día 9 de junio.

Durante el periodo de 1931 a 1936, la actividad de la Casa del Pueblo, en la calle Espinel, 53, se centraba en la formación y asesoramiento de los obreros, y a su vez, se encargaba de difundir la doctrina obrera del partido fundado por Pablo Iglesias 50 años antes. Además tenemos constancia documental de muchas actividades orgánicas e institucionales, tales como una moción presentada el día 27 de abril de 1932, por el presidente de la Agrupación Socialista de Ronda, Antonio Paz, solicitando al Pleno del Ayuntamiento la organización de un homenaje institucional a Fernando de los Ríos, rondeño ilustre y ministro de Instrucción Pública; algunas actas de asambleas; la fundación de la Agrupación número 2 de Ronda en el Llano de la Cruz; la fundación en 1934 de las Juventudes Socialistas...

Toda esta actividad del Partido Socialista queda truncada el 18 de septiembre de 1936, nefasto día en que los militares sublevados toman Ronda y el partido queda prohibido bajo el régimen franquista, no recuperando su actividad y legalidad hasta 1977, cuando otro grupo de compañeros se unen para refundar la agrupación.

Desde 1977, esta agrupación ha permanecido en Ronda siempre en vanguardia de la lucha y defensa de estos derechos de todos los rondeños, actuando con mayor o menor acierto, pero siempre con un compromiso social inquebrantable de gobierno siempre en función de los intereses generales y de los ciudadanos.

Me he permitido la libertad, libertad que los estamentos provinciales de mi partido me ha negado en los foros internos, de prologar este artículo de opinión personal con este pequeño, pero ilustrativo, extracto de nuestra historia.

Una historia nacida en 1931, que se bate contra viento y marea durante la dictadura, pero una historia que tristemente se repite, y se repite porque de nuevo se nos han truncado nuestros derechos a ejercer libremente la militancia y de nuevo se ha interrumpido bruscamente la normal actividad de la Agrupación Socialista. Después de 80 años hemos vuelto al principio, con el agravante de que ahora esos tiempos de imposiciones y prohibiciones arbitrarias sin derecho a defensa los creíamos superados.

Una historia que hay que conocer para comprender la magnitud del daño que se ha hecho a esta agrupación con la injusta medida tomada contra sus militantes, por unos órganos de dirección provincial que, lejos de defender a cuatro compañeros, inocentes hasta que la justicia diga lo contrario, toman la alternativa de acusar a toda la agrupación; esto es, en lugar de defender la presunción de inocencia de cuatro compañeros, defienden la culpabilidad de trescientos, cesándonos a todos de militancia y abortando cualquier actividad orgánica. Operación además urdida desde la distancia, parapetados tras una gestora y pasando de las visitas semanales a Ronda, para enaltecer las figuras de esos mismos compañeros, a la ausencia y al silencio, mientras buscan una salida política airosa para ellos ante el escenario de un congreso provincial en el que no son bien recibidas las voces discrepantes.

A día de hoy, ni a mí ni a nadie se nos ha comunicado cuál ha sido el órgano superior ni a instancias de quién se me ha suspendido de militancia, y sobre todo y como garantiza nuestra Constitución, porque no se me ha dado la oportunidad de defenderme ante una decisión tomada impropia de un partido democrático como el nuestro, una resolución torpe, que perjudica gravemente la imagen de todos los compañeros, tomada cuatro meses después de imponer una gestora, gestora justificada pero que debía haberse resuelto ya con la convocatoria de una asamblea donde permitirnos elegir a nuestros dirigentes locales; por ahí empieza la democracia de un partido.

Hace tiempo oí una frase a un compañero que decía que "por encima de todo, la democracia es el respeto de las normas" y en este caso las normas, los estatutos internos del PSOE y la Constitución de 1978 se la han pasado por el forro de sus caprichos.

Esperemos que el tiempo, poco, y la cordura, mucha, restablezca nuestros pisoteados y truncados derechos a ejercer la militancia en un partido desde el que voluntariamente hemos decidido trabajar por el bien común de todos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios