Cuchillo sin filo

Francisco Correal

Por el honor de Nueva Zelanda

LA camiseta del Ayamonte también es roja. Fue la ciudad donde hace 21 años inicié mi luna de miel. Me casé el día de San Fermín de 1989. Ese año cayó el muro de Berlín que ha vuelto a derribar la cabeza de Carles Puyol. Ayamonte amaneció ayer llena de banderas españolas. Dicen que es la reafirmación identitaria de ser fronterizo. Ser dos te hace ser más uno mismo. El Mundial está a punto de inaugurar el G8. No es fácil entrar en esa élite. Sólo siete países lo han ganado. Y salvo Alemania en Suiza 1954 y Brasil en Suecia 1958, ningún país hasta ahora lo había ganado por primera vez (algunos por única) fuera de sus dominios. 52 años después, en el primer Mundial africano, volverá a darse esa circunstancia. Es curioso. Brasil, el pentacampeón, es la única selección campeona que nunca lo ganó en su país.

De las diez selecciones que perdieron en la primera jornada del Mundial de Sudáfrica, nueve se volvieron para casa: Grecia, Nigeria, Argelia, Serbia, Australia, Dinamarca, Camerún, Corea del Norte y Honduras. La única excepción es España, que perdió en su puesta de largo con un gol de un caboverdiano apellidado Fernandes que pertenece al combinado suizo. De los seis seleccionadores que han entrenado en la Liga española, sólo Vicente del Bosque superó la criba de los cuartos. Radomir Antic, el otro verdugo de los alemanes, cayó en la fase previa. Javier Aguirre (México), Fabio Capello (Inglaterra), Carlos Queiroz (Portugal) y Marcelo Bielsa (Chile) fueron apeados con sus respectivas selecciones en octavos de final. Si España vence la final a Holanda, a los finalistas del 74 y del 78, la que sería octava campeona del mundo haría vencedora moral a Nueva Zelanda: con la derrota holandesa, los neozelandeses serían los únicos que pasaron por este Mundial sin perder un solo partido. Tampoco ganaron ninguno, pero nadie es perfecto.

Este Mundial vi dos partidos en los bares. En el mismo escenario, el bar El Sanedrín (junto a la estatua de Daoiz, precursor de Puyol); en ambos casos, con Alemania en danza: cuatro goles a Inglaterra, cuatro goles a Argentina. Lucha fratricida entre campeones. Como el España-Alemania no lo vi con un gin-tonic en El Sanedrín, a los alemanes se les mojó la pólvora y volvió a caer el muro. Holanda ganó la Eurocopa de Alemania 1988, cuando Camacho y Gordillo se despidieron de la selección. El gol de Van Basten a Rinat Dassaev lo vi en un bar de Sanlúcar de Barrameda. Me gustan las desembocaduras y ahora mismo me voy a comprar la camiseta roja del Ayamonte, que acabó en Alcira el sueño del ascenso a Segunda B. Donde empezó el sueño de España: campo del Mérida, donde consiguió matemáticamente al vencer a Letonia el pase para este Mundial. En el año que ha subido el Extremadura de Almendralejo.

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