La ciudad y los días

carlos / colón

Algo huele a podrido

ME alegro personal y profundamente de que se haya impedido el despido de más de mil trabajadores. Pero el resultado del conflicto de la recogida de basuras en Madrid ha sido desastroso para todos, menos para los trabajadores. Desastroso para la imagen de las empresas implicadas, sobre cuya capacidad de gestión y negociación caben las más serias dudas, si no las más negras sospechas. Desastroso para los ciudadanos, que han sufrido las consecuencias de una huelga salvaje que ha causado daños por valor de más de un millón de euros y en la que se han boicoteado los servicios mínimos. Desastroso porque se ha demostrado que la fuerza, aun transgrediendo los marcos legales establecidos para el legítimo recurso a la huelga, puede más que la razón; tengan serio fundamento o no (como parece que sucede en este caso) las decisiones empresariales.

Quienes han salido peor parados, además de los ciudadanos, son los empresarios. Porque la desastrosa gestión empresarial, la inhumanidad de los despidos (que por lo visto no eran necesarios) planteados por tres de las cuatro empresas concesionarias (OHL, FCC y Sacyr) y la torpeza en la negociación los salpican a todos, empeorando aun más su imagen tan dañada por la crisis y las duras medidas que obliga a tomar. Porque en este caso, y esto resulta escandaloso, parece que el despido no era la única y última solución.

Para un buen empresario, que no es un buitre carroñero y especulativo al que le trae sin cuidado el destino de sus trabajadores, sino un creador de empleo, el despido es la última y siempre dolorosa decisión para salvar su empresa. No es un mal menor que evite otro mayor, sino un mal mayor que impide el desastre absoluto de la desaparición de la empresa y de todos los puestos de trabajo. Para un mal empresario, en cambio, el despido es una estrategia que sacrifica las personas a los beneficios o que hace pagar a los trabajadores sus torpezas o chanchullos.

Si era "necesario" algo tan brutal como el despido de más de mil trabajadores, ¿cómo puede arreglarse sin que haya ni un solo despido ni bajadas de sueldos? De los más de mil despidos a un acuerdo final basado en un expediente de regulación temporal de empleo de 45 días anuales por trabajador, sumado a un convenio que congela sus sueldos durante los próximos cuatro años, va tal abismo que urgen explicaciones por parte de las autoridades y las empresas.

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