Mitologías Ciudadanas

José Fabio Rivas

La insoportable fullería de los asesores

Me llamó la atención la respuesta que, hace unos días, en una entrevista en Málaga hoy, el alcalde Francisco de la Torre daba al periodista. Debe ser cosa de mi ingenuidad o de esa manía mía, infantil y maniquea, de pensar que, a pesar de lo mucho que nos jarrea el barro que obtura las cañerías de nuestra vida política; ese barro de corrupción, de despotismo y descrédito, de malversación y de pillaje, que atora los cauces por los que, con razonable sosiego (o desasosiego), debería discurrir la cotidianidad de la convivencia ciudadana… En fin, que a pesar de toda esa podredumbre, hay políticos en nuestro país -el alcalde de Málaga, entre otros muchos- no corruptos y no muy dados a la demagogia y al pintoresquismo cateto. Pero, leo y releo la respuesta de nuestro alcalde a la pregunta de Paco Bujalance, el periodista, y pienso que, tal vez, en esta ocasión, yo esté equivocado, como cuando creía en los Reyes Magos.

La pregunta del periodista: "Por cierto, la cantidad de asesores ha vuelto a ser objeto de críticas. El Ayuntamiento cuenta con 31 asesores eventuales, a los que si se añaden gerentes y directores de fundaciones y empresas municipales resultan más de 70. ¿Cómo convencería a la opinión pública de que todos ellos son absolutamente necesarios?" La respuesta del alcalde: "Con la cantidad de asesores estoy muy tranquilo: Sevilla tiene el doble". Ni más ni menos. Una respuesta demagógica y pinturera que, amparándose en el sentimiento de inferioridad que nuestro alcalde parece tener en relación a Sevilla, elude el hecho de que en España hay unos 20.000 asesores políticos; es decir, una caterva de enchufados pesebreros elegidos a dedo y según el gusto del político de turno, que no han realizado prueba ni oposición ninguna, de los que es difícil conocer sus condiciones económicas, y que al año chupan 1.000 millones de las arcas públicas.

Nada más acceder a la presidencia de la Junta de Extremadura, J. A. Monago, del PP, fichó como asesores, por 3.500 euros al mes y 14 pagas, a su entrenador personal y a su profesor de pádel. Es solo una muestra, pues del dedazo hacen uso y abuso sin excepción todos los partidos políticos, y se extiende desde el gobierno central a los gobiernos autonómicos, municipales, provinciales (parece ser que en las "utilísimas e imprescindibles" diputaciones provinciales el número de estos chupópteros alcanzan cifras preocupantes, de tal modo que, en cierta medida, funcionan como agencias de recolocación de políticos locales que pierden el cargo o que no lo logran), Congreso, Senado, y una larga lista de otras Instituciones.

Y eso, sin contar los miles de funcionarios que ocupan puestos de libre designación -en estos casos, el dedazo funciona de modo más exigente y aristocrático- y que han sido colocados en empresas públicas, fundaciones, cámaras de comercio, patronatos, parques tecnológicos, mancomunidades, oficinas diplomáticas, oficinas de defensores de todo lo defendible, embajadas, agencias nacionales e internacionales… Pero, tranquilos, malagueños, que Sevilla tiene el doble que nosotros. De todos modos, piense si entre sus familiares o amigos hay alguno que tenga relevancia política. No olvide que su hijo está en paro.

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