Mar de fondo

julián Molina

La jodida lógica

EINSTEIN decía que las matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas; y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad. Y eso está pasando un poco estos días con la geometría de los pactos. La lógica te dice que el PP ha ganado las elecciones en Málaga y provincia y, por tanto, que es rotundamente falso que la voluntad popular sea echar al PP del Ayuntamiento o la Diputación. Pero la aritmética te dice que en ninguno de los dos casos ganaron con mayoría absoluta y que, por tanto, sería posible echar al PP de ambas instituciones. La lógica te dice que muchos de los votantes de los nuevos precisamente los han votado por no apoyar a PP o PSOE y que, por tanto, no deben sentirse muy felices de que se use su voto para apoyar justamente a PP o PSOE. Pero la aritmética, y la lógica, también te dicen que solo pueden gobernar PP o PSOE, salvo el absurdo de querer gobernar en nombre del pueblo cuando no eres más que la tercera o cuarta opción del pueblo. De donde se deduce que Einstein una vez más tenía toda la razón; este problema, en cuanto real, no tiene solución lógica y tratar de llevarla al extremo solo puede ocasionar un mal mayor.

La situación, de hecho, recuerda muchísimo el dilema de Gödel, padre de la lógica moderna. Apodado der Herr Warum, el señor por qué, Gödel estaba obsesionado con que sus compañeros de Princeton querían envenenarlo y por ello no comía nada que su esposa no hubiera probado previamente. A finales del 77 su esposa fue hospitalizada durante meses, dejando de poder probar la comida de der Herr Warrum, que acabó por ello muriendo de inanición, pero, eso sí, sin perder un solo ápice de consistencia lógica. Murió completamente seguro de que no estaba siendo envenenado.

La lógica te dice que pactar con PSOE o PP va a ser un bocado peligroso para los nuevos, pero la realidad te dice que hay que pactar necesariamente con ellos para que las instituciones puedan funcionar. Ciudadanos se ha tragado el sapo de Susana Díaz, como muchos otros tendrán que tragarse los suyos, porque lo que es del todo imposible es meterse a limpiar una cochinera y no acabar oliendo aunque sea un poco a caca. Y es que, les guste o no, mucho me temo que la jodida lógica también dice que no se puede adecentar una porqueriza desde fuera.

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