Luces y sombras

antonio / méndez

Dos joyas de la corona

HE tenido la oportunidad esta semana se visitar las obras del Cubo para albergar al Pompidou malagueño y las del Caminito del Rey, las dos joyas de la corona del presente mandato del PP en el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación. Las dos actuaciones avanzan a marchas forzadas, (150 operarios trabajan en el Puerto), para que se pueda cortar la cinta inaugural en la semana del 23 al 30 de marzo, la única que la ley electoral permite tras la celebración de las elecciones andaluzas y la precampaña inmediata para las municipales. Si como todo hace presumir faltan luego retoques ya se completarán con los equipamientos abiertos al público.

En el caso del Pompidou también pudimos conocer de primera mano en una charla informal las opiniones del presidente del museo francés. Alain Seban dejó poco margen a interpretaciones, dentro de la exquisita diplomacia que intentó trasmitir en sus respuestas: Málaga servirá de laboratorio para la expansión cultural que proyecta el centro francés, decidido a que cinco o seis museos itinerantes difundan su marca a la vez en diversos lugares del mundo.

Pero en cada ciudad sólo permanecerá un máximo de cinco años, el tiempo que calculan es suficiente para que la urbe de acogida amortice la inversión. Y después del experimento de Málaga, es más que probable que desembarquen en Hispanoamérica y China, donde admitió tienen bastantes ofertas. Quizá sea bueno variar la mentalidad y no emprender una lucha con el fin de conseguir más años de permanencia, que en caso negativo generaría gran frustración, sino simplemente disfrutar de su estancia, si como promete la institución cultural gala se vuelca con el proyecto y ofrece la oportunidad de admirar durante este lustro auténticas obras maestras. Y ojalá cambie la mentalidad de que los museos son para los turistas.

Nada tiene que ver con lo anterior el Caminito del Rey. Aunque estoy seguro que su redescubrimiento causará un gran impacto, estaba ahí. Un paraje único, sin caer en chauvinismos, marcado por el estigma de Málaga. Llevaba un cuarto de siglo cerrado, en otro ejemplo de la mala praxis política que tanto abunda en esta provincia. Finalmente el presidente de Diputación, Elías Bendodo, ha conseguido impulsar la actuación, más modesta que la concebida inicialmente, con poco más de dos millones que se antojan suficientes. Será un potente espaldarazo para el Guadalhorce. Sólo espero que los expertos resuelvan si la visita, sólo aconsejable para los que no sufran vértigo, es apta para los menores. Aunque se utilice un obligatorio arnés de seguridad, albergo serias dudas.

Un periodo insulso por la crisis, pero con hueco para dos importantes noticias.

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