LA juez María Ángeles Núñez Bolaños, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, que instruye los casos de corrupción más importantes de la política andaluza (ERE, cursos de formación, IDEA), ha respondido con aparente calma -"sus formas no son elegantes", ha dicho- a la furibunda descalificación que su predecesora, Mercedes Alaya, le ha dedicado en el informe dirigido al Poder Judicial, cuyo Consejo General ha de resolver cómo se reparten los sumarios la juez titular y la propia Alaya, que continúa adscrita al juzgado, aunque en comisión de servicio tras ganar una plaza en la Audiencia Provincial. En el citado informe Mercedes Alaya denuncia los escasos conocimientos de Núñez en la jurisdicción penal -ha ejercido muchos años como juez de Familia-, califica de erróneas las decisiones que ha adoptado o propuesto desde que llegó al juzgado y, entrando en el terreno personal, muestra su inquietud por la estrecha amistad que, según ella, mantiene la juez titular con el consejero de Justicia, Emilio de Llera, que se ha distinguido por su constante oposición a la labor instructora de Alaya. Por su parte, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha estimado que el contenido de este informe está fuera de lugar y refleja la falta de voluntad de Mercedes Alaya de colaborar en los sumarios pendientes bajo la dirección de la nueva juez titular, como había acordado el propio TSJA, que le retiró algunas de las macrocausas. Habrá de ser el Consejo del Poder Judicial el que, en vista de estos informes y alegaciones, adopte la decisión definitiva sobre el reparto de tareas en el Juzgado número 6, y desgraciadamente no parece tener prisa, a pesar de la urgencia de solventar esta crisis. En cualquier caso, la impresión dominante es que la mediática Mercedes Alaya, cuya labor de desvelamiento de los escándalos de corrupción producidos en el seno de la Junta de Andalucía y en el entorno del poder ha constituido un innegable servicio a la democracia y la ética del servicio público -aunque no haya concluido ninguno de los sumarios más relevantes-, no va a poder ver culminada su labor personal. Pero no ha de buscar la causa fuera de ella misma. Ha sido ella quien ha optado por ingresar en la Audiencia Provincial de Sevilla y, una vez ocupada su plaza de magistrada, no podía continuar al frente de las instrucciones que inició, sino adaptarse a su posición subordinada a la nueva juez titular, la que corresponde a su adscripción al juzgado en comisión de servicio. Ya no puede ser protagonista, sino colaboradora en el trabajo que le encomiende la otra juez. El TSJA considera que no está dispuesta a este nuevo papel. El Poder Judicial dirá la última palabra. Conviene que lo haga lo más pronto posible.

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