El cuentagotas

Eugenio / chicano

18 de julio

ERA curioso, y para mi hasta extraño, ver cómo los barrios de Málaga se despoblaban calle Santa María arriba camino de las playas de La Malagueta, cargados con todo lo necesario para pasar la noche y el día siguiente al borde del mar. Con una paguita extraordinaria en el bolsillo celebraban en aquella vela el "glorioso alzamiento nacional", ni más ni menos que un cruento e ilegal golpe de Estado contra el resultado de unas elecciones democráticas, perpetrado por los militares y la Iglesia. Por el lado derecho de mi calle, una caravana de coches se dirigía al Teatro Cervantes al gran mitin reivindicativo de los vencedores del golpe. Chaquetas blancas y camisas azules teñían calle Calderería y Casapalma. El 18 de julio era y es el onomástico de San Federico, dos íntimos amigos se llamaban Federico Cortés y Federico Brinkmann. Pero lo más salvador de referentes y dictámenes es el liberador cumpleaños de Mari Luz. Este festejo sí tiene sentido hoy por tan amoroso y largo, dan ganas de enterrar una sandía en el rebalaje.

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