El lince ibérico

Integrar carteras y reducir asesores es una buena manera de dar ejemplo de austeridad

Comentaban recientemente el enorme parecido que existe entre el lince ibérico y los ministros del gobierno de España. Curiosamente dicha semejanza no venía dada por su sagacidad, velocidad de respuesta o astucia para tratar los problemas de la ciudadanía. Ni mucho menos. Esta similitud se debía al peligro de extinción asumido cuando eran elegidos para cualquier cartera dentro del sector ministerial socialista. Y sin duda el ejemplo era muy ilustrativo.

Cuando el presidente Sánchez se enfadaba al preguntarle por sus futuros cambios de gobierno, y acusaba de intoxicación a los medios de comunicación, todos nos llenamos de extrañeza. Si cada mes de agosto ha aprovechado las reflexiones veraniegas para madurar su habitual crisis postvacacional, es estadísticamente bastante probable que este año no sea distinto. Por tanto, cuando los periodistas le interrogan sobre lo consabido, la única incertidumbre debe recaer en los actuales prebostes, cuyas cabezas pueden rodar al llegar el mes de septiembre.

Es lógico que, en la actual situación y ante tantos frentes abiertos, ya no se sepa que tema sacar a colación para esconder los errores pretéritos. De ahí que recuperar los nombramientos del CGPJ, para tapar los incendios de los bosques o la pertinaz sequía de nuestras cuencas, pueda parecer un insulto a la inteligencia. Pero denunciar la inflación venidera, o los problemas económicos de las familias más vulnerables, mientras se toman unos vinos en las ferias con los compañeros de partido, no es sin duda un buen ejemplo. Esta imagen que, tanto gobierno como oposición, mantienen de lujo y boato a su alrededor debería ser repensada, porque no es bueno que muchos ciudadanos reduzcan su movilidad por falta de recursos, pero deban pagar vía impuestos los desplazamientos en Falcon ajenos.

Ciertamente las cuatro vicepresidencias y los dieciocho ministerios que acompañan al presidente debieran ser reestructurados. Apenas cuatro o cinco son conocidos por el gran público y otros da la sensación de que no existiesen. Si Alemania, con el doble de población y una gran coalición de partidos en el gobierno, tiene dieciséis componentes, es porque algo se puede mejorar. Integrar carteras y reducir asesores es una buena manera de dar ejemplo de austeridad, sobre todo para que el esfuerzo esté repartido y no se perjudique más a los que cada día tenemos que financiar sus decisiones.

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