Cuando llega la madurez

Seguir justificando las subidas desmesuradas de electricidad es anacrónico

últimamente más de uno hubiera deseado que las hemerotecas no guardasen tantas y tan inconvenientes declaraciones suyas. Desde las justificaciones de los acosos a los congresos, instituciones o autoridades, hasta los insultos a los gobiernos anteriores por las subidas de la luz o por los muertos de ébola, todo ha sido una colección de manifiestos populistas acordes con la propia inmadurez política. Ahora llega la hora de gobernar y hay que ser consecuente con lo que se hizo y se dijo, ya que defenderse atacando es un símbolo más de debilidad y otra muestra de la incapacidad para solucionar los problemas de la gente.

En el campo de la energía, con las impresionantes subidas de los recibos eléctricos, vemos la indefensión en la que hoy viven los que menos tienen. No basta con decir que el mercado eléctrico requiere de una regularización, hay que hacerlo y para ello hay que trabajar y dejarse de haraganerías. Pero, evidentemente, también hay que entender ese mercado y tener los conocimientos necesarios para intervenirlo, y ahí es dónde nuestros dirigentes flaquean. Todos quieren ser ministros, pero al menos deberían demostrar su formación e instrucción, de lo contrario estamos en manos de buenos tertulianos pero con poca capacidad de liderazgo.

Hoy son muchas las soluciones que se pueden aportar en el campo de las energías renovables y cuyo impulso sería una buena muestra del saber hacer en este campo. Desde la aerotermia a la climatización evaporativa, pasando por la domótica y acabando en la gestión inteligente, son muchas las estrategias que permitirían a nuestro país dirigirse hacia la eficiencia energética. Pero los Reinos de Taifas que se montan para cada decisión, ya sea para un Plan Hidrológico o para el reparto de vacunas, nos impide actuar en bloque impulsando las mejoras que nuestra sociedad necesita. Ciertamente no podemos estar preparados para cualquier tipo de situación climatológica, porque eso sería inviable. Pero tras tantos años implantando fuentes de energía renovables que respondan en las peores condiciones de calor, frío, viento o lluvia, como son la fotovoltaica, la eólica o la hidrológica, seguir justificando las subidas desmesuradas de electricidad es anacrónico. Ya que hay tarifas energéticas más baratas, podrían hacerse de obligado cumplimiento en estas situaciones, eso sí que sería una política para todos los ciudadanos.

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