Ya fueran los 360 de los que habló la Subdelegación del Gobierno o de los 469 de los que lo hizo el Ayuntamiento de Málaga, la conclusión fue la misma: la quiebra de la confianza de las dos instituciones. El concejal de Derechos Sociales, Raúl Jiménez, denunció la "imprevisión, descoordinación y falta de medios" por parte de la Administración central en la atención a los inmigrantes. Ello provocó que al menos un centenar de estas personas no pudiese pisar tierra tuviese que permanecer en el barco durante todo el día de ayer.
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