las dos orillas

José Joaquín León

'Los minijobs' en Carnaval

SI no fuera porque es triste sería para morirse de la risa. Tiene gracia que se hable de los minijobs ahora, cuando nos acercamos al Carnaval. A mí esto de Los minijobs me suena a una chirigota de Juan Carlos Aragón, una cosa así como Los yesterday, pero en plan más reivindicativo; unos notas desesperados, indignados incluso, hartos de estar parados y con más paciencia que el Santo Job, de ahí el nombre. También podría ser como una comparsa de Los Carapapa de otros tiempos, con el Bati disfrazado de minijob monstruoso y con un sombrero de copa (de copa del rey). Pero yo lo veo más como chirigota de Aragón. Y es que, sin darnos cuenta, se está preparando un Carnaval del 2012 de gran-gran categoría, como dice Juan Manzorro en Canal Sur, con el Congreso del PSOE en esas fechas inclusive, para que no falte de nada.

Los minijobs son carnavalescos en sí mismos. No sólo por el nombre, que lo es, sino por el tipo que representan. Mucho desparpajo, mucha cara dura. Los minijobs son de un morro que te lo pisas, pues consiste en tener a casi siete millones de empleados en Alemania por 400 euros al mes. Y también por sólo 15 horas de trabajo a la semana, que todo hay que decirlo. Es decir que uno o una que trabaje 45 horas a la semana y cobre 1.200 euros al mes (si los cobra) tiene un pedazo de trabajo, como de tres minijobs en uno.

Los empleos de los minijobs son para apuntarlos, por si se animan a sacar la chirigota, aunque sea ilegal, como la economía sumergida. Son trabajos como limpiadoras o empleadas de hogar, canguros de niños y cuidadoras de ancianos, pintores de brocha gorda y chapú en horas libres, repartidores de paquetes y publi de tirar, camareros en horas de ajetreo, entre otros dignos oficios. Dicen que sería ideal para que los jóvenes se vayan orientando, en vez de indignarse tanto. Pero esto en la Alemania de Merkel se utiliza más bien con turcos, rumanos, africanos y otros de por ahí. Aquí lo utilizarían con sudamericanos, magrebíes y otros de por ahí, que ya están en esos gremios.

Por aquí es difícil que prosperen los minijobs, excepto en el Carnaval, que les viene que ni pintado de negro. El Banco Central Europeo se los ha recomendado a España. Pero la ministra de Empleo, Fátima Báñez, dijo que hay opciones mejores. En este país parece inviable, pues el anterior presidente Zapatero acostumbró a los parados, en los buenos tiempos, cuando aún no había descubierto la crisis, a cobrar los 400 euros sin necesidad de echar 15 horas semanales. Así que este invento es un atraso. Lo que pasa es que en Alemania, con tal de no tener parados, les buscan cualquier apaño. Allí un cuarteto que hiciera tres pases en el Teatro Falla cobraría 400 euros y sería otro minijob, como premio a la paciencia.

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