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La ciudad y los días
Páginas del calendario de mi ciudad. El Gran Poder ya viste de morado, hoy faltan dos meses para el besamanos de la siempre presente, nunca ausente, Esperanza Macarena y la semana que viene se verán en las puertas de las iglesias las convocatorias azul y rojo de la novena de la Reina de Todos los Santos. Apenas mediado, octubre ya está liquidado.
Los dos besos de devoción primeros y más antiguos de Sevilla mantenidos con regularidad en el tiempo son el besapié del Gran Poder y el besamanos de la Esperanza Macarena. Desde finales del siglo XVIII se tiene noticia indirecta –la necesidad de restaurarlo indica que la costumbre se debía remontar a décadas anteriores– del beso al talón del Gran Poder y desde 1876 noticia directa, primero en ocasiones señaladas, después semanalmente y finalmente a diario. Sevillano Muro de las Lamentaciones es el talón del Señor, bajo cuya peana, como es sabido, se introducen los kvitel, como nuestros padres en la fe hebreos llaman a los papelitos con oraciones, gracias o peticiones que se introducen en las grietas y hendiduras del Muro. En lo que se cumple que el cuerpo de Jesús es el nuevo Templo, como Él dijo y San Juan escribió.
Y este año se cumple un siglo de aquel 18 de diciembre de 1925 en el que se celebró en San Gil el primer besamanos público de la Esperanza que, por ser Ella quien es y por ser Juan Manuel Rodríguez Ojeda quien fue, además del primero que inició esta costumbre, el modelo de todos los demás hasta hoy. Son muchos los lazos entre estas dos hermandades, anudados por la devoción del pueblo, como un mandato, a las dos imágenes que, junto al Cachorro, representan (no se ofenda nadie: representar significa ser imagen o símbolo de algo) ese conjunto de cosas que se viven (o se deben vivir) en los templos, en las casas, en los corazones y en las memorias todo el año y en las calles solo una semana.
En fin, que hoy es 18 de un octubre ya liquidado porque el Gran Poder viste de morado por los difuntos, porque con la novena de la Reina de Todos los Santos la calle Feria se pone la semana que viene en vigilia de Adviento de Amargura y Esperanza y porque faltan dos meses para el besamanos de la siempre presente, nunca ausente, Esperanza Macarena. Y seis días después de su besamanos, la túnica persa. Vuelan los días.
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