La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Como las mulas de las minas

La educación prepara individuos para ser uncidos al ciclo producción-consumo como las mulas de las minas

Italia ha tenido la mala suerte de que dos de los males que afectan a la educación estén relacionados directa o casualmente con ella. En primer lugar está el Plan Bolonia que, además de la convergencia educativa en Europa, buscaba la adaptación de los estudios universitarios a las demandas sociales. Esto se tradujo en una servidumbre de la universidad a las demandas del mercado, no a las sociales, que en muchos países, entre ellos el nuestro, está exterminando las humanidades por considerarlas poco productivas. ¿Qué producen la historia, la filosofía, las lenguas clásicas, las historias de la literatura, del arte, de la música o de las ideas? Poco o nada. O, aún peor, autoconocimiento, librepensamiento y conciencia crítica. Malo, malo… Las universidades se están convirtiendo, gracias al Plan Bolonia, en fábricas de individuos que se preparan para ser uncidos -y eso si tienen suerte- a la rueda del ciclo producción-consumo como las desdichadas mulas de las minas que nunca veían la luz. Que este plan se firmara en Bolonia, cuya universidad es la más antigua de Europa, sugiere un negro sentido del humor.

En segundo lugar está el informe PISA que, aunque toma su nombre de las siglas Programme for International Student Assessment, por desgracia para Italia suena a la ciudad de la torre inclinada. Mide el rendimiento en Matemáticas, Ciencia y lectura de estudiantes de 15 años. Está auspiciado por la OCDE, cuyos objetivos son evidentemente económicos y comerciales. Nada malo, salvo que se pretenda descartar lo considerado no productivo. Mucho menos dañino que el Plan Bolonia, porque no incide directamente en los planes de estudio apartando los saberes inútiles, incide en considerar la educación solo como formación para la productividad. En el hecho público ayer España obtiene sus peores resultados y Andalucía los peores de España. En fin…

Les regalo estas palabras de Nuccio Ordine: "Si dejamos morir lo gratuito, si renunciamos a la fuerza generadora de lo inútil, si escuchamos únicamente el mortífero canto de sirenas que nos impele a perseguir el beneficio, sólo seremos capaces de producir una colectividad enferma y sin memoria que, extraviada, acabará por perder el sentido de sí misma y de la vida" (La utilidad de lo inútil, Acantilado, editorial en la que también encontrarán el Breviario de saberes inútiles del gran Simon Leys).

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