Aun comentario del nuevo líder del PSOE andaluz sobre el contenido del informe de cultura de la torre del puerto, nuestro alcalde le respondió que criticase la torre de Sevilla, que es una forma de decirle que se meta en sus asuntos. Como sabemos nuestro alcalde es un hábil experto en buscar situaciones de agravio entre Málaga y Sevilla. En realidad, el pronunciamiento de Icomos sobre la Torre Pelli, en la Cartuja sevillana, es de 2010 y Espadas llegó a la alcaldía en 2015. Con su oportunista respuesta nuestro alcalde intenta eludir las que debe dar a las muchas críticas ciudadanas que suscita su propuesta. El error no es hacer un hotel de treinta plantas, aunque nuestra ciudad no carezca precisamente de oferta hotelera, sino hacerlo en el lugar donde más molesta y más impacta. Y que es por su centralidad, respecto a la bahía y al centro histórico, el sitio menos adecuado para levantar un edificio de 116 metros y 27 plantas de altura.

Ahora parece mucho más sensata la propuesta de Celia Villalobos de construir el auditorio en el mismo lugar donde ahora se perpetra la torre: se planteaba un gran equipamiento cultural -una especie de Opera de Sydney a escala malagueña-, otra idea olvidada. Si, por otra parte, de lo que se trata es de hacer un edificio "emblemático" que domine la bahía, ni el proyecto responde a tal pretensión, ni tiene sentido convertir un hotel casino de veintisiete plantas en emblema de la ciudad.

Las autoridades de la ciudad de Malmoe encargaron, con la intención de recuperar el paisaje portuario tras la desaparición de un icónico astillero, a Santiago Calatrava un edificio simbólico, el Turning Torso, que tiene la singularidad de ser el primer rascacielos retorcido del mundo. También el hotel vela de Barcelona tenía parecida significación. No se trata de si el proyecto del puerto de Málaga es mejor o peor que los mencionados, solo que ni sus promotores ni su arquitecto lo concibieron con la misma intención, por lo que encajaría perfectamente en cualquier otra ubicación.Por no mencionar que la experiencia con el último inversor, y jeque, catarí que aterrizó en nuestra ciudad no genera mucha confianza, pensando en Al Thami sólo se nos puede ocurrir una estructura a medio construir y abandonada en el lugar más privilegiado de nuestra bahía.Finalmente, desde que conocí la propuesta y vi las infografías que representaban la polémica torre emergiendo en el lugar donde más estorba y contamina nuestro paisaje, no dejo de preguntarme…pero ¿qué necesidad hay?

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